ALGUIEN ha dicho que la envidia sana no existe, ya que la envidia, sea del tipo que sea, siempre supone una actitud rencorosa hacia lo que poseen los demás. Poco tenemos los tinerfeños que envidiar a la tercera isla; la de los secarrales, la panza de burro y las playas peligrosas para el baño, que en algunos casos deben ser cerradas por cuestiones sanitarias. No obstante, y sin necesidad de sentir envidia de ningún tipo, nos preguntamos si están justificadas las cuantiosas inversiones realizadas en las carreteras de esa isla, tanto por parte del Gobierno de Canarias como por el Estado. El martes de esta semana, sin ir más lejos, publicaba a bombo y platillo un periódico canarión editado en Las Palmas -aunque tiene una hijuela en Tenerife que actúa como caballo de Troya- que ya estaba listo el primero de los grandes viaductos de Silva. Se trata del desdoble de una carretera que en su día precisó la construcción de una obra faraónica, sufragada con dinero procedente de todos los canarios; incluidos de los tinerfeños, que vieron mermadas sus posibilidades de contar con otras infraestructuras muy importantes para la principal y más poblada de las islas del Archipiélago. ¿A cuenta de qué ese empeño de los dirigentes canariones por mantener la hegemonía de un territorio carente de bellezas naturales?

En cualquier caso, no pensábamos que el actual consejero de Obras Públicas se inclinara tanto por Las Palmas como lo hizo antes su jefe de filas, que es como se llamaba en tiempos pasados a los caciques y a los políticos del régimen. Antes teníamos un régimen franquista y dictatorial y ahora uno socialista y "bolchevizante". El caso es que Juan Ramón Hernández Gómez está completando, sin prisas pero sin pausas y con absoluto descaro político, la nefasta obra de Antonio Castro Cordobez; otro nefasto político que, como presidente del Parlamento, permitió la mayor ignominia cometida en esa Cámara legislativa: un ataque a la libertad de información con la vergonzosa reprobación del periódico EL DÍA. Un asunto por el que ha sido demandado, junto con todos los miembros de la Mesa del Parlamento.

También nos ha causado bastante sorpresa la virulenta reacción, con denuncias incluidas, contra Antena 3 y Tele 5. Ambos canales de televisión se han limitado a mostrar la realidad. ¿De qué coño se quejan los políticos canariones? ¿No se han dado cuenta de que la tercera isla es fea por naturaleza? ¿Pretenden también que remedien en sendos reportajes de televisión lo que de ninguna forma tiene remedio?

Todos estos desmanes contra Tenerife nos preocupan. Sin embargo, también nos produce una cotidiana congoja la situación de la economía española, porque mientras seamos una colonia compartimos la misma miseria. Tristeza que comparten los ciudadanos de bien, ya que ven impotentes como sus impuestos van a parar a los gandules. Ya sabemos que el socialismo bolchevique, del que Santiago Pérez y López Aguilar son sus principales representantes en Canarias, se va a eternizar en el poder. ¿Por qué?, se preguntarán ustedes. Pues porque la media España que no trabaja va a votar por los socialistas que protegen a los vagos. Si esto no cambia, tendremos socialismo para toda la vida. Sólo nos queda la esperanza de que la Independencia llegue cuanto antes para liberarnos de la dependencia colonial de España y del nefasto socialismo que la gobierna.