ES UN DEBATE para nada ficticio, lo del gran, que puede producir y produce ronchas de enfado en ambas partes. Por ello debe asumirse con precaución, lo comprendo, pero no por eso puede faltar el coraje de abordaje. Partiendo de no ser quien, en otros artículos que nada tienen que ver con este tema fraternal que divide a los hermanos he utilizado para llamar a la isla de enfrente, a la que quiero mucho, a veces Gran Canaria, a veces Canaria, a veces Tamarán y a veces Las Palmas. Tanto da. Es igual, para otras incursiones en otros océanos trato de obviar y lo que tengo que decir lo digo de frente.

La verdad no puede ser nunca el problema. Me pregunto cuándo y dónde es entendible que haya canarios y grancanarios cada vez dando más bombo y platillo a un apócope superlativo colocado sobre un nombre genérico que proviene de la historia anterior del pueblo que habitaba el archipiélago a la llegada de los europeos. Los canarii, mencionados por los historiadores romanos (Plinio S I a. C), en los comienzos de nuestra era, como un pueblo de la zona occidental del norte de África. Podría ser digerible y sucede en otros archipiélagos del planeta, cuando la isla en cuestión es la mayor con diferencia (no conozco otro desplazamiento de superficie igual), pero este no es el caso: Tenerife (2.034,38 km2), Fuerteventura (1.659 km2), Gran Canaria (1.560,10 km2), Lanzarote (845,94 km2), La Palma (708,32 km2), La Gomera (369,76 km2) y El Hierro (268,71 km2), con lo que ni sumando los territorios de El Hierro o incluso La Gomera, la isla de Gran Canaria puede completar los kilómetros cuadrados de Tenerife. Son 474,28 km2 de diferencia, demasiados para ir de sobrados en la defensa de la superioridad o del "Gran".

En cualquier confrontación civilizada de pareceres y puntos de vista, al final debe prevalecer la verdad. ¿Cuál es la verdad? Supongan que en San Sebastián de La Gomera hay siete abogados y uno, basado en ciertos derechos históricos que tuvo su progenitor o progenitora, se publicita cada vez más abiertamente como el gran abogado don fulanito de tal. Seguro que se levantarían muchas ampollas y seguro que el colegio intervendría para marcar la igualdad en la utilización del título. No es justo. Canarios todos.

Existe un razonamiento histórico, como mínimo discutible y en razón, basado en que Tenerife se resistió durante bastantes décadas diferenciales a la conquista por las tropas de Castilla y, mientras, tanto como central y segunda isla más voluminosa, ejerció de mayor. Cierto, pero cierto es también que en los últimos años es cuando se ha acelerado la generalización de bautismo sobre una isla entera en la que sólo y siempre se ha defendido a la capital.

Con la fusión entre La Laguna y Santa Cruz con los barrios y municipios integrados por las múltiples venas de la urbe que puede surgir, administrativamente hablando, la realidad es esa, una gran capital que podría denominarse con todo el derecho del mundo, Gran Canaria, con lo que estaríamos en Gran Canaria de Tenerife y cogiendo el barquito o el avión iríamos a Las Palmas de Gran Canaria. Un disparate de grandes proporciones, para lo chiquitos que somos.

En fin, repito, lo que hoy refresco es mi opinión expresada en otras ocasiones.

Las cinco islas e islotes del Archipiélago Chinijo (La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este y Roque del Oeste) forman un conjunto bastante integrado localizado al norte de Lanzarote. Bien bonitos que se conservan sus parajes y varias las veces que, andando en bicicleta alquilada o en barquita ocasional, he tenido ocasión de disfrutarlas perdido en sus increíbles rincones. Un sueño. Las gobierna el Cabildo de Lanzarote y dependen administrativamente del municipio de Teguise, hasta hace poco de la mano de la alcaldesa pedánea Dña. Margarona, ¡un saludo!, recientemente sustituida. La isla de La Graciosa es la mayor, con unos 29 km², y la única habitada. Su población es de alrededor de 700 habitantes, la cual la convierte no sólo en la más grande del Archipiélago Chinijo sino también en la más pequeña y menos poblada de las Islas Canarias a ocho. Su superficie es tan sólo un 10% de la siguiente por arriba en tamaño. La capital insular es Caleta de Sebo, que, con Pedro Barba, son pueblecitos marineros y turísticos, con más de 600 habitantes en total.

De haberla, ¿cual sería la Gran Chinijo?