AL PARECER, algún que otro progresista de pro, no sabemos si militante del PSOE o tan sólo simpatizante, ha decidido atacar a los socialistas aunque de momento de forma suave. En cualquier caso, si hasta los correveidiles de Zapatero empiezan a volverse contra él, resulta evidente que los socialistas deben desaparecer cuanto antes de la faz de España. Admitimos un socialismo europeo y civilizado, pero no el que ha instaurado, con su mofletuda sonrisa, el señor Zapatero, porque es un socialismo amenazador y bolchevizante. Este es el régimen que padece España y Canarias por su vergonzosa condición de colonia española, y que sufre de forma especial y descarnada la isla de Tenerife. En Tenerife intervienen personajes como Santiago Pérez, Juan Carlos Alemán o Valbuena. José Antonio Valbuena, portavoz de los socialistas en el Cabildo de Tenerife, se ha permitido la desvergüenza de criticar a Ricardo Melchior, uno de los hombres más honrados de estas Islas.

Las cosas van mal en España y seguirán yendo mal mientras no desaparezca ese antes mencionado socialismo amenazante de Zapatero, que quiere encerrarnos como han encerrado los hermanos Castro al pueblo cubano, o como está encerrando Chávez a los venezolanos, incluso cerrando medios de comunicación. En España se va por el mismo camino, pues el Gobierno multa y amenaza a los medios que no le son afines. Quiera Dios que en el futuro no tengamos que buscar fosas comunes por las cunetas de las carreteras. Sin embargo, en EL DÍA estamos tranquilos. Nos avalan cien años de honradez. De honradez auténtica, no la del Partido Socialista que derivó en casos de corrupción tan sonados como los de Roldán (que se mamó -perdónenos el lector la expresión, pero no hay otra más adecuada- hasta el dinero de los huérfanos de la Guardia Civil), Vera, Corcuera o Juan Guerra, sin olvidar los GAL y las calamitosas andanzas de los policías Amedo y Domínguez. Qué atrevimiento, qué desfachatez la de Valbuena al hablar así de Ricardo Melchior perteneciendo, como pertenece, a un partido de la calaña política del PSOE. Melchior, lo repetimos, es el hombre más honrado del Archipiélago, aunque nos desconcertó a última hora por su renuncia al nacionalismo y al tinerfeñismo para entregarse al españolismo de la Metrópoli. Ya se arrepentirá o nos dará explicaciones de por qué ha adoptado tan errónea decisión. Ya nos dirá cuáles son los argumentos que le han hecho pensar que es España, y no la independencia, la solución de los males de Canarias. Lo suponíamos no un pájaro volador, pero sí un ave libre amante de la libertad propia y la de su pueblo.

Y ya que estamos con la defensa de Tenerife -de la que tantos han hecho dejación para contentar a los canariones-, nos preguntamos qué ha ocurrido con el ciclotrón que se iba a instalar en el Hospital de la Candelaria. ¿Sabe algo de esto la señora Roldós, que ejerce primero de canariona y luego de consejera de Sanidad? Esta bellaquería cometida contra Tenerife -una más- ha acabado con los últimos resquicios de un posible entendimiento entre las islas capitalinas. El ciclotrón puede ser el elemento que divida totalmente al Archipiélago en canariones y tinerfeños. Téngalo en cuenta, señora Roldós. No obligue a los tinerfeños a ir a Las Palmas para curarse. Entérese de que Canaria es la tercera isla, la más desangelada, la peor del Archipiélago en todos los aspectos.