Mariano Rajoy acaba de celebrar el aniversario del congreso del PP celebrado en Valencia donde fue reelegido líder de su partido. La diferencia entre hace un año y hoy es que entonces su liderazgo era cuestionado por muchos de los "barones" del PP y hoy nadie se atreve a rechistar. No es que ahora quienes no le querían le quieran, es que no se atreven a dar un paso al frente habida cuenta que en los últimos meses Rajoy se ha apuntado dos tantos electorales: las elecciones gallegas y las europeas, amen de haber dado luz verde para que los populares vascos apoyaran a Patxi López.

En este año, Rajoy parece hacer esfuerzos para colocar a su partido en el "centro", o mejor dicho para que parezca que lo está. Y es que las elecciones se ganan en el "centro" aseguran los sociólogos refiriéndose a ese más de un millón de votantes que pueden inclinar la balanza a la derecha o a la izquierda haciendo que sea el PSOE o el PP quien gane unas elecciones. Y puede que tengan razón porque lo cierto es que tanto el PSOE como el PP tienen un suelo electoral muy sólido, unos electores que les votan hagan lo que hagan y pase lo que pase, de manera que son esos votantes "centristas" los que al final deciden.

Por eso, los estrategas electorales del PP vienen aconsejando a Rajoy y este parece que les empieza a hacer caso de que la única manera de ganar a Zapatero no es sólo esperar a que el presidente cometa errores sino a generar un clima de confianza entre los ciudadanos respecto al PP.

Claro que más que confianza lo que los populares tendrían que conseguir es no despertar animadversión, porque, la verdad sea dicha, es lo que provocan en una parte de los ciudadanos, a los que no les gusta un partido que a veces ha asumido posiciones extremistas. De manera que esa será la tarea que tendrá que afrontar Rajoy: ya que no entusiasma, al menos no provocar rechazo.

Por lo pronto parece que quienes dentro del PP aspiraban a que se derrumbara su liderazgo tendrán que esperar a mejor ocasión, porque ahora nadie se atreve a discutir en voz alta que Rajoy será el candidato en las próximas elecciones generales. Eso sí, hacen una salvedad: que el resultado de las elecciones autonómicas y municipales fuera un fiasco, lo cuál es altamente improbable.

La pregunta que cabe hacer es ¿si Rajoy se va al centro, qué hará Zapatero? El presidente moderó su discurso en la última campaña electoral aunque una vez ganadas las elecciones volvió a ser él mismo. Es curioso que como tanto socialistas como populares buscan por necesidad a los votantes de centro y tan pronto como obtienen su voto se olvidan de ellos.