EL ANTEPROYECTO de la nueva ley del aborto fue preparado por la Fundación Alternativas, hace varios años. Como ley de plazos, y permitir a las menores abortar sin consentimiento de los padres. Posteriormente transformada -sofisticadamente- como "derecho de la mujer". De aquella entidad, se han podido dar nombres, como patronos, a Zapatero, Felipe González, López Garrido, Mercedes Cabrera, Peces-Barba y Almunia. Como invitados "expertos", Elena Arnedo, Patricia Lorenzo y Consuelo Catalá. Del grupo primero salió la "reserva" de que no había una demanda social, y por tanto estimaban conveniente alejar la presentación del proyecto de las elecciones de 2008. Por eso, en esa estrategia, ya de lanzamiento, y aparentemente de urgencia, se ha recurrido a aquello de "aquí te cojo, y aquí te pillo". Cosa que les fue bien a los socialistas en la ley de parejas de hecho y en el matrimonio de homosexuales.

La actual ministra de Igualdad, que Dios guarde, por su experiencia profesional, no la tiene de la maternidad. De ahí que sus argumentos destacan por no tener una fuerza jurídica. ¿Dónde está el derecho del nasciturus? ¿Cómo puede decirse que el feto no es un ser humano, si desde el Derecho Romano y en todos los Códigos Civiles, incluso el que nace de la Revolución francesa, el concebido y no nacido tiene derecho a todos aquellos que marcan las leyes, entre ellos -y el primero- a nacer, derecho de sucesiones, de alimentos, y supone obligaciones para los padres, derechos sociales? ¿Cómo interpretar que el feto es un "objeto sanitario"? ¿Cómo apelar al Derecho Comparado de otros países europeos, sin citar el resto de los de Europa, los hispanoamericanos, e incluso los de la órbita musulmana? ¿Por qué se desconoce que la patria potestad es institución básica para la familia, y que hay una edad, la de la mayoría civil, salvo los supuestos de emancipación, y que los padres no es que tengan derecho sino el deber de cuidar, completar y ayudar a los menores en la mayor parte de los casos de importancia?

Todo ha sido y es política. No hace falta una confesionalidad religiosa para entreadivinar que aquí hay una cuestión electoral, para que las menores de 16 años -que han de serlo en 2011- tengan una motivación orientadora. Pero es acaso para ir derechamente contra la maternidad. No saben lo que es. Y si lo saben, peor. Porque si sus progenitores hubieran optado por el aborto libre, las "expertas" no hubiesen nacido.

Lo que ocurre es que aquí manda el debate político, la oportunidad, la ocurrencia y el conflicto. Zapatero es un mago de esto. Y como lo es, en general, el socialismo. Tanto hablar de diálogo y de consenso, y lo que se está produciendo es un motivo más de confrontación. Que a la vez trata de ocultar la situación de los millones de parados, mujeres, hombres y jóvenes. La pena es que la sociedad esté como anestesiada. Y una oposición que no es capaz de movilizar a aquella sociedad. Han elegido la conveniencia del momento. Despertemos, oigamos a más científicos, que saben de verdad qué naturaleza tiene, como ser humano, in crescendo, qué dicen los Códigos Civiles respecto a la maternidad, a la que sin duda la ponen como blanco de una flecha en el que la misma humanidad, a medio plazo, se verá reflejada. Las madres, toda madre, siempre tienen razón. Que se les oiga. Que no se las engañen o embarquen.

* Jurista. Académico