PARECE que el virus de esta enfermedad que ha constituido una verdadera epidemia en toda España, y que se conoce por "corrupcionitis aguda" no ha respetado, sino todo lo contrario, al territorio ultraperiférico y en estas islas, menos afortunadas de lo que pensó y escribió un tal don Plinio -que también hay que ser respetuosos y agradecidos con los escritores antiguos y, sobre todo, con este que nos dedicó un elogio histórico inmerecido-, ha prendido el puñetero microbio y, como suele decirse, con perdón, ha jodido la marrana.

Todavía caliente la trama lanzaroteña, por la cual metieron en la cárcel a media isla, entre políticos, funcionarios públicos y empresarios, inventan en Tenerife la "trama de San Miguel", que, al parecer, resultó fallida como trama, porque la jueza encargada del caso soltó al día siguiente al ex alcalde del pueblo y a tres personas más que fueron a chirona como sospechosos de formar parte de la trama. Es lógico creer que aquí no hubo trama ni ocho cuartos porque la jueza puso a todos en la calle sin ni siquiera fianza. Sin embargo, no ha ocurrido lo mismo con la trama de Lanzarote, que dicen estuvo capitaneada por don Dimas Martín desde la cárcel, donde cumple condena por un proceso anterior. Como consecuencia del tinglado, que ha llegado a los tribunales y que consistía en propiciar ilegalidades en el terreno de las concesiones de licencias de construcción y jaleos de este tipo, el Partido Independiente de Lanzarote, PIL, echó de sus filas a su fundador y presidente, don Dimas, que sigue en la trena y desde la cual dirigía su influyente partido, algo así como el Cid Campeador, pero distinto, porque don Rodrigo Díaz de Vivar lo que hizo fue vencer en una batalla cuando ya había muerto y don Dimas, ganar elecciones e influir en la política general canaria desde dentro de la cárcel e, incluso, como se ha visto, organizar tramas de supuesta corrupción.

Sin embargo, aunque todo lo contado en este "ladrillo" pueda, parcialmente, contarse en clave de humor, pero humor bastante negro, no se puede bromear con la tendencia de la juventud y de los menos jóvenes a la delincuencia criminal. Todo el pueblo de esta isla, y es posible que de todas las demás del Archipiélago, está consternado e indignado por el crimen cometido por dos jóvenes de 23 y 24 años, los cuales mataron supuestamente a patadas y puñetazos a otro joven llamado Alfonso González Méndez en el santacrucero barrio de Ofra, el sábado pasado. Según los testigos, fue una paliza desproporcionada por un incidente sin importancia. Cuentan que uno de los agresores se coloca a distancia de la víctima derribada en el suelo para coger carrerilla y pegar una patada en la cabeza al infortunado Alfonso, que falleció a consecuencia de los golpes. Como cuando los guardametas lanzan el balón. Fue una agresión bestial marcada por la cobardía de dos contra uno. Parece poco que tengan que pudrirse entre rejas.