COMO ESTABA previsto, el domingo 7 de junio se celebraron las elecciones europeas, y también, como estaba previsto, según la mayoría de las encuestas previas, ganó el Partido Popular, quizás por menos votos de los deseados para que hubiera habido realmente una importante llamada de atención al Gobierno de Rodríguez Zapatero, que después de las elecciones se ha declarado satisfecho con los resultados, que considera "razonablemente positivos", a pesar de que la diferencia con el PP es la misma con la que Zapatero ganó las elecciones generales de 2008. En parte porque los esperaba peores, dada la cifra de paro en España, la mayor de Europa, el doble de la media europea, y porque los partidos socialistas europeos, gobernando o no en sus países, han sufrido un mayor descalabro. ¿Qué ocurre, que los españoles somos mas crédulos, creyendo las falsas promesas de Zapatero, luego no confirmadas, o más sectarios, limitándose en el mejor de los casos a abstenerse, pero nunca a votar por un partido que, aunque con otras creencias y valores ha demostrado en épocas recientes ser capaz de resolver una crisis muy semejante como la heredada de Felipe González?

Los resultados en cifras son los siguientes: el PP obtuvo el 42,26%, con 6.556.869 votos y 23 escaños; el PSOE, el 38,49%, con 5.972.646 votos y 21 escaños, casi 600.000 votos menos que el PP (me supongo que ya no podrá tan fácilmente hablar de una mayoría social, cuando proponga muchas de las cosas de su ingeniera social: aborto, eutanasia -muerte "digna"-, Educación para la Ciudadanía, matrimonios del mismo sexo, etc.). Los demás partidos o coaliciones son testimoniales: Coalición por Europa, 2 escaños, el 5,07%; IU, 2 escaños, el 3,73%; UPyD, 1 escaño, el 2,88%; Europa de los Pueblos, 1 escaño, el 2,53%.

Constituye la segunda derrota donde se ha involucrado Zapatero ante Rajoy en este año. Rajoy, en sus declaraciones, vincula esta victoria electoral a la "voluntad de cambio" de los españoles, hablando de un final de ciclo. En Europa, como ya hemos citado, ha vencido el centro derecha, el Partido Popular Europeo, en los principales países europeos, sufriendo los partidos socialistas verdaderos descalabros en muchos casos. En Canarias, por último, los populares se han impuesto en las dos provincias, en las islas capitalinas y en La Palma, Fuerteventura y Lanzarote; el PSOE sólo ha vencido en La Gomera, feudo tradicional socialista. Y Coalición Canaria ha vencido en El Hierro, gracias a su Agrupación Independiente.

También, según lo publicado en la prensa, el PP logró ser el partido más votado en la mitad de los municipios de la provincia tinerfeña, y ha ganado en las cuatro ciudades más pobladas, y lógicamente más informadas, del Archipiélago: Las Palmas de G.C., Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y Telde. Constituyendo el PP una alternativa de gobierno real, cambiando la percepción que se tenía por la opinión pública de una fuerza aislada y perdedora

A la vista de estos resultados, el PP pretende que el PSOE, al perder gran parte de la confianza de los electores, según las cifras mostradas, se preste a una cuestión de confianza, de lo que por supuesto no quieren ni oír hablar los socialistas, que a su vez retan al PP a que proponga una moción de censura, moción que lleva consigo la propuesta de un presidente alternativo a Zapatero, que lógicamente sería Mariano Rajoy, y lo que yo considero más importante: una propuesta o plan de gobierno popular. Sinceramente, yo considero que el PP debería arriesgarse e intentarlo; creo que tiene poco que perder y mucho que ganar, pues los españoles conocerían de primera mano cómo serían gobernados en caso de llegar el PP al poder, y qué medidas se tomarían para atajar la terrible crisis que padecemos con el preocupante problema del paro, que tiene a tantas familias en la indigencia, perdiendo sus casas y propiedades por no poder pagar las hipotecas que una falsa prosperidad les indujo a constituir. Por supuesto, tendrían que negociar con otros partidos afines, pero sin ceder en nada fundamental que vaya en contra de la maltratada Constitución del 78, como está ocurriendo hoy en día, en que el PSOE da a cada uno lo que quiera, como el Estatuto catalán, o endeuda hasta extremos insoportables al Estado a cambio de sus votos. No estoy seguro si fue Felipe González con Suárez, o Aznar con Felipe González quien planteó una moción de censura que perdió, pero que fue el aldabonazo que dio lugar a que ganara las elecciones que siguieron a continuación.

Desde luego, lo que está muy claro es que a Rodríguez Zapatero no le gustan las derrotas, realmente a nadie, pero hay que tener entereza y estar a las duras y a las maduras, está incluido en el sueldo; no sólo vivir en La Moncloa rodeado de un sinfín de sirvientes, asesores y funcionarios (más que nunca), vestir vestimenta carísima, viajar en Falcon, "por motivos de seguridad", y otras bagatelas por el estilo. Lo comento porque desde el domingo hasta hoy, martes por la tarde, no se le ha visto, habiendo delegado como siempre los temas desagradables en otras personas: la vicepresidenta, Leire Pajín o López Aguilar (que al menos en la derrota se mostró elegante y, como correspondía, asumiendo la derrota y felicitando al vencedor).

Termino con unas apreciaciones del analista de estudios estratégicos Florentino Portero, que opina que el socialismo tradicional está muerto, no teniendo ya nada que aportar a Europa (de ahí su debacle), apareciendo una nueva izquierda caracterizada por el populismo, el relativismo, el odio a los valores de Occidente, el pacifismo derrotista y el rechazo al Estado-nación. ¿Les suena?

En tiempos de crisis es época de cambios acelerados. Estas elecciones han sido importantes porque nos han mostrado hasta qué punto hay una clara demanda popular de redefinición de programas y objetivos en Europa.