Por un Parlamento Europeo más humano

El próximo 7 de junio se celebran elecciones al Parlamento Europeo. A los europeos nos preocupa cada vez más nuestra situación personal y los problemas más cercanos frente a otros asuntos colectivos como el terrorismo, la inmigración o el cambio climático. No puede resultar, sin embargo, ajena a nuestras vidas la situación de cientos de miles de inmigrantes y refugiados que en la actualidad viven entre nosotros y cuyos derechos pueden ser recortados, incluso pueden llegar a ser considerados criminales, por los cambios en algunas legislaciones nacionales. Es imposible que no nos afecte el hecho de que miles de personas son discriminadas cada día en Europa. No podemos permanecer impasibles cuando nuestro espacio aéreo ha sido escenario de vuelos que transportaban personas detenidas ilegalmente con el beneplácito de algunos gobiernos.

La Cámara más transnacional del mundo no puede obviar los graves atentados a los derechos humanos que se suceden dentro y fuera de sus fronteras, porque tiene la responsabilidad de actuar en consecuencia. Hasta hace poco nos vendían que la Unión Europea es la unión de las personas.

Por eso creo que debemos hacer saber a nuestros políticos qué nos preocupa y convertir el Parlamento Europeo en lo que sus ciudadanos queremos que sea: un espacio de debate y de referencia, abierto al otro, que fomente valores como la solidaridad o el compromiso con los problemas de los más desfavorecidos.

José Felipe San Martín Cruz

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La mala aplicación de la Dependencia

A medida que pasa el tiempo todos los ciudadanos vamos tomando conocimiento con respecto a la aplicación de la Ley de Dependencia, por intermedio de los medios de comunicación, de casos que rayan en lo insólito y situaciones aberrantes que se contraponen, sin lugar a dudas, al objeto, principios y sobre todo al espíritu de esta ley. Además se pretende justificar los errores o injusticias cometidas (hechos sobradamente contrastados) alegando una superposición de sistemas. Tal vez esa sea sólo una de las razones, pero no es la única. Evidentemente, es una ley deformada, y sobre todo interpretada en función de intereses nada claros que, si nos detenemos en comprender, con lo primero que nos encontramos sería con la evidencia de una aplicación dudosa, ya que podría estar incurriéndose en una posible ilegalidad.

Hasta la fecha, la mayoría de las decisiones tomadas bordean una fina línea que separaría lo justo y legal de lo contrario, incluso si nos detenemos en la lectura de la Constitución, y sobre todo en el Código Penal, veremos que existe una clara definición del término "usurpación" que dice textualmente: "Delito que consiste en la simple posesión de hecho sin título legítimo, o en el goce injusto y fraudulento de alguna cosa o derecho de que uno se ha apoderado con mala fe, con violencia, engaño o artificio en perjuicio de terceros". Es tan evidente el caos generado y los perjuicios negativos ocasionados a muchas familias, que incluso el Diputado del Común alerta de la mala aplicación de la Ley de Dependencia.

Por esa razón me pregunto insistentemente: ¿tan difícil es ser justos con un contingente de discapacitados que se encuentran en una situación de especial desamparo y vulnerabilidad, que padecen año tras año tanto ellos como sus familias?

Eduardo Navarro Noble