"Es más fácil sacar al niño del útero

de su madre que sacarlo de

su pensamiento".

Willke

Cientos de miles de personas se manifestaron el domingo pasado, en ochenta ciudades españolas, a favor de la vida y en contra de la reforma de la Ley del Aborto. Lo que está en discusión no es el aborto tal y como lo contempla hasta ahora la legislación española. Este es un asunto que podía entrar en el debate, pero el caso, aquí y ahora, es una nueva ley que pretende convertir un mal objetivo, la muerte de un niño indefenso, en un derecho subjetivo, de la mujer, lo que se pretende hacer por razones ciegamente ideológicas y lucrativas, para las clínicas abortistas, negando las evidencias científicas más elementales.

Comenzó el debate de la nueva ley ante la detención de los médicos abortistas de Barcelona y Madrid. No cumplían las normas que la ley vigente exige, y para nuestra vergüenza la noticia saltó por los reporteros extranjeros. La nueva ley pretende proteger a los que no respetan la ley; porque, lejos de amparar la libertad de la mujer, en realidad es una medida de impunidad y apoyo para los empresarios de la industria del aborto: las clínicas abortistas.

A toda costa, los abortistas tratan de evitar ser señalados como auténticos homicidas -tal vez un fiscal justo podría calificarlos de asesinos-, por ello manipulan el lenguaje y se presentan como genuinos defensores de los "derechos de la mujer". Con el nuevo proyecto de ley, la realidad es todo lo contrario: a cada mujer que se encuentre con un embarazo inesperado le van a ofrecer como única salida el aborto, para el que se suprimen todas las restricciones? Después de lo dicho, nadie le va a explicar que tiene alternativas al aborto, nadie le va a hablar de las consecuencias psicológicas del aborto, nadie le va a mencionar que si decide seguir adelante con su embarazo, va a tener el apoyo de multitud de organizaciones asistenciales.

Nadie le va a hacer ver las secuelas psicológicas del aborto en la mujer, y "en particular del cuadro psicopatológico conocido como síndrome postaborto (síntomas depresivos, sentimiento de culpa, pesadillas recurrentes, alteraciones de conducta, pérdida de autoestima, etc.)"; porque el aborto "no es sólo la interrupción voluntaria del embarazo, sino un acto voluntario y cruel de interrupción de la vida humana". Como han dejado claro en el Manifiesto de Madrid catedráticos universitarios, investigadores e intelectuales de diversas profesiones, de amplia solvencia y reconocido prestigio. Y que de manera escalofriante y valiente, recoge Esperanza Puente en su segundo libro, "Rompiendo el silencio" -Libros Libres, 2009-, en el que aborda, con estremecedora transparencia, el testimonio de mujeres que sufrieron un aborto provocado.

Con respecto a las adolescentes de 16 y 17 años, coincido con la Concapa que "considera que un presidente de Gobierno que en materia económico-laboral nos ha llevado a la peor crisis de la historia, que en materia educativa nos ha situado a la cola de Europa, intentando además adoctrinar a nuestros hijos con su peculiar ideología radical, que en materia de familia está en contra de la vida y a favor del aborto y de la eutanasia, no está facultado moralmente para entrometerse en los derechos y deberes de las familias españolas hurtándonos la posibilidad de conocer un hecho tan importante como el embarazo no deseado de adolescentes, impidiendo aconsejar a nuestros propios hijos en la forma que consideremos más conveniente".

Pienso que para tratar de evitar los embarazos no deseados hay que recobrar valores y principios que tienen vigencia en cualquier época, porque constituyen el fundamento y la esencia de la educación. Y, por eso, nuestro sistema educativo es un fracaso. Es necesario recuperar y apoyar -por parte de la administración y de los padres- la autoridad del profesorado en los institutos y en los colegios de Primaria. Hay que recuperar la disciplina -que nada tiene que ver con la represión- para posibilitar la promoción de una serie de virtudes que promuevan el esfuerzo intelectual y la adquisición de hábitos que contribuyan a la mejora personal y social. Conviene no perder de vista que un 70% de jóvenes que no han logrado el primer empleo y andan a la deriva son chicos y chicas que no fueron capaces de superar sus estudios y al final los abandonaron.

* Orientador Familiar y profesor emérito del CEOFT