DICEN que el déficit del ente público Radiotelevisión Española en el presente ejercicio alcanza ya los 70 millones de euros, cantidad que, traducida a pesetas de las nuestras, elevan la cifra a más de once mil millones. Es una cantidad muy elevada, de la cual hacen comentarios, nada cariñosos, sino todo lo contrario, las cadenas televisivas privadas, en especial Tele 5, la cual, por su parte, no da cuenta del déficit propio, para poder hacer comparaciones. Claro que el dinero que despilfarra RTVE es público, de todos los españoles, mientras que lo que ganan o pierden tanto Tele 5 como las demás cadenas particulares procede del propio bolsillo de los dueños de esos negocios multimillonarios, a los que el Estado ha regalado graciosamente esas fuentes inagotables de ganar dinero a espuertas.

Uno, que perteneció durante más de treinta años al Ente Público en Radiocadena Española, hace cuentas y no le salen. Si las cadenas privadas no sólo se sostienen, sino que sus ingresos les dan para pagar generosamente a sus empleados, incluso quedándose con los buenos del Ente Público a base de ofrecerles mejores salarios, y si no obtuvieran ganancias, no jugarían a esto, por qué Televisión Española que abusa de su posición de "oficial", para hacer lo que tiene todas las trazas de una competencia desleal, en materia de publicidad, a todas las demás emisoras, no sólo gana menos que las privadas sino que, encima, se "entrampa" con un déficit de 70 millones de euros.

Durante mi trabajo en Radiocadena Española me tocó lidiar con doña Pilar Miró como directora general del ente público. Desde fuera, doña Pilar salió muy mal vista de Radiotelevisión Española por ciertas compras creo recordar, de alguno objetos para ella misma con dinero o crédito del ente. No fue ninguna cantidad importante, pero le cogieron la camella apelando a esos detalles, más bien insignificantes, porque doña Pilar tenía mala prensa entre la gente.

En el interior del ente, la cosa fue peor. Se extendió por las emisoras, entre ellas la nuestra, que Pilar Miró blindó varios contratos a favoritos influyentes de la Casa, que se llevaban la parte del león, lo que produjo en todos los que trabajábamos en el Ente un sentimiento general de disconformidad y malestar.

Hasta ahí llegamos, pero, en adelante, por lo menos en Radiocadena Española, las cosas cambiaron hacia peor. Ya no había administración ni, mucho menos, confianza en Pilar Miró, la cual, en el terreno exclusivamente profesional, no lo hizo mal del todo. La perdieron sus enjuagues de tipo económico y sus descarados favoritismos con sus amigos. Lástima, porque tenía preparación y madera para realizar una excelente labor.