QUERIDOS radioyentelevidentes: aburrido del ametrallamiento político que invade nuestras mentes, aprovecho para hablarles de otros bombardeos que traspasan fronteras, a sabiendas de que con ello vuelvo a complicarme la vida un poco más, pero uno es así de contumaz. Y empiezo.

Si dices algo en favor del potente pueblo israelí te tachan de "pro" americano e, incluso, amigo de Bush, que, gracias a Alá (y a la seriedad de la democracia americana: dos legislaturas como máximo), ya no está en activo. Si, por el contrario, entiendes el sufrimiento "único" del pobre pueblo palestino, ya pasas a ser antijudío, antisemita, antihebreo, antisefardí, antisionista, o anti ¡qué sé yo!

Dichas estas dos solemnes perogrulladas, me perdonará el lector por mi "aparente" protagonismo, pero resulta que mis compañeros de tertulia y este servidor de ustedes hemos recibido varias llamaditas por habernos manifestado sobre esa guerra de forma clara y contundente en el programa "Al Natural", de EL DÍA Televisión. Y por eso se nos ha querido encasillar en uno de los dos primeros apartados: "anti o pro". Craso error.

Encendidas críticas no sólo en el aspecto ideológico, sino también por la exposición en "la pizarra" como que no conocemos bien el tema. Todo muy natural en periodismo; más? si sale en la tele. Lo cual nos alegra un montón porque se ve que nos ven, y porque otros y otras nos han dicho todo lo contrario. Y es que, como "una imagen vale más que mil palabras", gracias a la pizarra del programa se han enterado algo más de ese enrevesado conflicto político/religioso/geográfico. Gracias por su atención.

Por eso, después de esta introducción no laudatoria sino aclaratoria, lo primero que se me ocurre decirles es que, aparte de estar muy lejos física y geográficamente del "escenario de la guerra", lo estamos más aún de entender cuál es el verdadero problema entre uno y otro pueblo y dónde sus límites y sus fronteras; no sólo físicas, sino intelectuales, culturales, religiosas y étnicas. Pero eso sí, con la total seguridad de que los organismos internacionales tampoco lo saben. A la vista está.

Empezando por diferenciar algunos matices, mientras se dice "gobierno" israelí, se alude al "pueblo" palestino, cuando lo cierto es que se enfrentan dos Estados: uno con gobierno y otro con desgobierno o? demasiados gobiernos.

Recordarles también que el mismo día que se iniciaron los ataques marítimo/aéreos sobre la franja de Gaza con 200 muertos y gran indignación mundial, unos miles de kilómetros más al suroeste, en el centro de África, 400 almas pasaban a mejor vida con una información periodística que más bien parecía que se trataba de un vulgar suceso o accidente corriente. Y es que los centroafricanos no tienen la suerte de estar contemplados en la política internacional. Y así, tanto la izquierda como la derecha, el centro y colectivos lesbio/gay/pacifistas pasan de ellos. Quizá porque simplemente son negros.

Negro porvenir el de los países, pueblos, naciones y, sobre todo, tribus que se zurran la badana en espera de que los organismos internacionales les arreglen los problemas. Ni la ONU ni, por supuesto, la UE harán nada. Entre otras cosas porque los sucesivos jefes que ha tenido el "onútil" organismo acuden a las masacres con un vergonzoso, incomprensible, cínico e hipócrita retraso para decir "urbi et orbi": ¡Hay que parar la guerra! ¡No, hombre: vayan ustedes antes!

Antes, pronto, deprisa y con la eficacia del "alto el fuego". Porque los que entendemos algo de inteligencia militar no nos creemos que muchos meses antes no les haya llegado a ustedes (políticos, civiles, paisanos y diplomáticos) en los corrillos de embajadas y consulados entre wiskys, caviar y salmón, el tufillo de la "movida bélica". No digamos ya los informes provenientes de la ebullición de la olla de los espías civiles, militares e híbridos (que también los hay) de todos los países, estén o no implicados directamente en el conflicto. ¡Váyanse por ahí!

Y yo también me voy para prepararles la segunda parte de este interesante, pienso yo, informe confidencial o secreto. ¡Chissst! ¡Quietos! ¡Callados!

* Comentarista lejano