El Cabo logró ayer el primero de Interpretación de rondallas 40 años después; su último fue en 1975. El segundo recayó en Las Valkirias; tercero, para la novel Troveros de Nivaria, y accésit para la Masa Coral. En Presentación ganó Aceviños, seguida de Valkirias; Gran Tinerfe fue tercero, y Mamel''s, accésit. En solistas, El Cabo acaparó el primero, para Javier Hernández, y el tercero, para Besay Pérez. El segundo, para Vicky López (triplete de segundos para Valkirias). Accésit, para el exorfeonista Néstor Sánchez, con Troveros.

Concurso exquisito, para grabar y deleitarse una y otra vez; el Orfeón actuó fuera de concurso. Se inició a las 17:00 horas en el Auditorio, en un atípico Sábado de Carnaval; siempre era el domingo. Abrió Los Aceviños, una de las favoritos, de Rafael Flores "El Morocho". Este coro mixto destacó por su pulso y púa y por su solista, Goyo Tavío, mejor que en 2014. Interpretaron un "Barberillo de Lavapiés", y emotivo "Tenerife, que tocó corazón, para cerrar con un homenaje a Pablo Sorozábal, donde mejoró el coro, en la tercera obra.

Siguió Gran Tinerfe. Se esperaba más flojo y sorprendió. Con Isaac González por segundo año en la dirección, agradaron en su diálogo entre el coro masculino y el femenino en "Doña Francisquita". Incorporó a José Redondo, en "Vals del Caballero de Gracia de la Gran Vía", para rematar con éxito el "Dúo de constancia", un mano a mano entre Isaac González, el director, con su hermana, Raquel, mientras su padre, Marcos, dirigió la agrupación.

Tercera, Peña del Lunes, otra de las, a priori, débiles, pero que se vino arriba. Recuperó en la dirección a un clásico, José Tinerfe González Ramos. En diez minutos resolvió su actuación, con elegancia. El primero, "Pan y toros", para el coro, seguido de "Canto de los deportados-El Cosaco", con el solista Jesús Aguilar, y cerrar con "Mazurca", de "Luisa Fernanda", con la veterana Miranda Guanche de solista con Jesús Aguilar. Gustó.

En cuarto lugar, la Rondalla Mamel''s (accésits en 2014). Sensacionales. Los mejores junto con El Cabo, tal vez los segundos aventajaban en técnica. Han reinventado el certamen, aunque el jurado no piense lo mismo. En su director, Richard Casanova, parece hacerse reencarnado el gran Jesús Fariña Adán. El primero, "Carmina Burana", una banda sonora. Fueron a más en su ópera rock de Evita, con Luis Miguel Morales y Laura Esther de solista, para "estallar" con el homenaje a Sinatra.

Masa Coral también sorprendió. Dirigidos por Javier Jonás, director que -como el de Gran Tinerfe- demostró sus dotes de solista. Potente en "La rosa del azafrán". Siguieron con "El gran paraná", y José Manuel Díaz, de solista, para cerrar con solista: "Lucia di Lammermoor", con un guiño en puesta en escena.

Sextos, Troveros de Nivaria. No arrancó hasta que su director, Jesús David Duque Infante -el más joven-, garantizó que estaba todo a punto. La rondalla más joven. Nivelón musical del coro en "El Barberillo de Lavapiés", con desquite del exsolista del Orfeón Néstor Sánchez. Siguieron con "La Traviata", para cerrar con "La chulapona", con intervención de María Estela Díaz y Néstor Sánchez. Vienen para quedarse.

Las Valkirias, terceras en 2014 ycoprotagonistas de la revolución del certamen, se pasaron en un exceso de innovación. Coro femenino y cuerdas mixtas, las componentes de Mercedes Cabrera hasta proyectaron fondos en la pantalla. El momento menos lírico, la irrupción de un extra pistola en mano en plan zarzuela para animar la actuación de "Los sobrinos de capitán Grant". Siguió otro coro sensacional, "Ópera Macbeht", para cerrar con la zarzuela "El último romántico", cuerpo de baile incluido, tipo Singuangos con Joroperos el año del Auditorio. Y la lírica, tiene su "sacnta sanctorum": su solista, Vicky López.

Cerró El Cabo, siempre favorita, y no defraudó. Uno de los dos coros masculinos, el otro, el de La Rondalla Mamels. Rindieron homenaje a Serrat, que celebra 50 años en la música, y "Mediterráneo". Los de Israel Espino tocaron el olimpo con "Marina", obra espectacular de equilibirio musical en cuerdas, coro y un pletórico Besay Pérez. Los ángeles deben cantar así. Único, hasta el punto de que el público lo interrumpió en uno de sus momentos más intensos. Cerró "Rigoletto", con Javier Hernández, buen pulso y púa... pero Besay Pérez había roto el concurso. Veredicto al margen.