El gerente de Fiestas de la capital tinerfeña, Juan José Herrera, se negó ayer a firmar la correspondiente autorización que permitiera la apertura de la feria de atracciones instaladas frente al Auditorio de Tenerife porque no se habían recibido los proyectos de grupos electrógenos, el certificado de fin de obra de estos grupos y el informe del técnico competente, designado por los propios feriantes, de subsanación de deficiencias detectadas.

Herrera ha vivido los peores momentos desde su nombramiento el pasado verano por las presiones recibidas por su negativa a que la feria abriera sus puertas el viernes de la semana pasada, como era costumbre.

Este año la organización ha sido excrupulosa en el cumplimiento de la normativa, y ha exigido a los feriantes que el centenar de atracciones que integran la feria contaran con el correspondiente proyecto elaborado por el ingeniero que contratan los propios feriantes, que luego se somete al visado de la OCA, un organismo de ingenieros que verifica que la memoria técnica cumple con la normativa, y que luego ratifican los técnicos de la Consejería de Industria del Gobierno de Canarias.

Sin embargo, este año se procedió al montaje de las atracciones y la primera inspección realizada por el ingeniero de los feriantes detectó algunas anomalías que fueron comunicadas y subsanadas con el paso de los días. Pero el tiempo se echaba encima, y ellos querían abrir el viernes de la semana pasada, por el peso de la costumbre. Desde la Concejalía de Fiestas, el gerente ha sido categórico en su negativa a abrir la mano, exigiendo el cumplimiento de la legalidad. De hecho, el pasado jueves, el propio concejal del área, Fernando Ballesteros, le llegó a proponer a su gerente que firmara una "licencia condicionada" a la presentación de los permisos, a lo que Juan José Herrera se negó de forma rotunda. Aunque este extremo no ha sido confirmado, no fue el único político que pudo haber llamado a Herrera, que insistió una y otra vez que firmaría la licencia de apertura cuando se cumpliera la normativa. El pasado jueves se habían subsanado las anomalías, pero la feria precisaba del boletín de instalación de grupos electrógenos que nutren de energía a las atracciones. "Eso no se hace en un momento. Hace falta tiempo", explicó en la tarde de ayer uno de los feriantes, desesperado. "Esto es la ruina. Mucha gente ha puesto sus ahorros y ha pagado para instalar su atracción y ahora ni puede abrir ni tiene dinero para comer", precisó.

Por la mañana, el alcalde de Santa Cruz mantuvo una reunión con feriantes y Fiestas, gerente incluido. Cuando parecía que se iba a resolver con la pérdida de confianza en Herrera, el regidor dijo que la feria se abriría cuando se cumplan los criterios técnicos, y dijo que no se trataba de una decisión política. "Si es por un criterio técnico, la feria no puede abrir hasta que no aporten el boletín de los grupos electrógenos", dijo el gerente.

Los feriantes, y su ingeniero, agilizaron los trámites. Gestionaron los permisos después de encontrarse que los grupos electrógenos los alquilan en Tenerife, pero no tiene la documentación que Fiestas les exige ahora. Ellos lo resolvieron ayer al límite del plazo dado por el gerente para entregar la documetación ayer: las 17:00 horas. Tras una conversación, Herrera rechazó recoger 15 minutos antes el boletín y consideraba que no había tiempo suficiente para verificar que estaba todo conforme a la normaltiva. Y por eso no se abrió ayer la feria, si es que los papeles que llevaban estaban conformes. A eso se suma que el gerente rechazó hablar del conflicto en presencia de un comunicador. Una hora después, con la feria cerrada y la Cabalgata a punto de salir, el ayuntamiento hizo público un comunicado, después de estar dos días dando la callada por respuesta sobre este tema e informó: "Las oficinas municipales volverán a abrir sus puertas hoy, sábado, con la voluntad de recibir la documentación pendiente, absolutamente necesaria para autorizar la apertura de la feria". Si todo está en regla, hoy podría abrir la feria.