Dirigidas por Inés Hernández, la actuación de la murga femenina de La Orotava no tuvo nada que ver con la de la fase, la de las santeras. En "Plantas, árboles y otros capullos", el enfoque era complicado de defender. Intentaron explicar lo que vive una planta y cómo ve a la sociedad echarse tierra encima cuando rinde homenaje a la agricultura. Como si de mil especies se tratara, empezaron a salpicar temas dispares, desde los derechos perdidos por los abuelos, a quienes congelan las pensiones, a la ley de dependencia. Paralelismo entre "el rabo y el chorizo"... Lo mejor, la planta que adorna el despacho de la concejala de Fiestas y ve que no ha hecho nada porque la fiesta la hace el pueblo. De ahí, a la sanidad pública y a los políticos "que no nos respetan"... El tema pudo ser una orquídea y se quedó en cactus, seco de ingenio y con picos. Aún así, mejor la idea que las voces.

Justo al revés que en el segundo. Un saco sin fondo con el ambicioso planteamiento de "Homenajes en vida". Sentimiento al recordar a Enrique González y Charlot para pedir un homenaje en vida a los abuelos o al cartel de la autopista y, desde la ironía, al gobierno "que ha usurpado los derechos"... Se perdieron en argumentos, pero con mejores voces. Su homenaje: estar en la final.