Pizzicatos protagonizaron una de las actuaciones más duras de la noche, en particular por su primer tema. Aunque local, dedicado al ya exalcalde de La Orotava, parecía un intento de unir el estilo de Singuangos, por su ímpetu y presencia, con el ácido de Guachipanduzy. Dirigidos por Daniel Pérez, se plantaron en su primera letra para leerle la cartilla a Marcos Brito con una exquisita selección musical y grandes argumentos. Era su canción de despedida. Vestidos de magos, hicieron una excelente selección musical para decir que Isaac Valencia fue el alumno aventajado del mismísimo mencey Bencomo. Luego le reprocharon ser un charlatán. "Ya se terminó nuestro tormento cuando se marchó", "Pueblo ninguneado" o "Saso especulador", fueron algunos de sus piropos para cantar a la playa de El Bollullo con "Cambiaste las plantaneras por el cemento y el hormigón". Le recriminaron que quisiera seguir el paso a las grandes capitales con obras monumentales. Perdieron su crítica para lanzarse al humor en el segundo: "Maniático". Una letra sencilla comparada con la primera. Ristra de manías, algunas cotidianas, otras más duras como la del murguero: ahora ser como Bambones, antes ser criticones. Lo mejor de esta canción fue su alusión a la manía de Eloísa de salir con escotes en Navidad. De más a menos. Buena vocalización.