Paco Alba en Cádiz bien se podría comparar a Enrique González Bethencourt de Tenerife. Este símil es para explicar que ese espíritu y corazón de Paco Alba se "palma" en la conversación de Agustín Rubiales, vicepresidente del Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz, que, sin aspavientos, renunció a ser presidente del jurado de murgas adultas de Tenerife, concurso que comienza mañana, para no generar problemas a nadie. Ni a organización ni a sus amigos. Y eso que, como él reconoce, cuando el concejal de Fiestas, Fernando Ballesteros, lo invitó a formar parte del jurado el pasado mes de julio, durante la visita de Bambones a Cádiz, el propio Rubiales dijo que "me salgo de mis ropas"... Aunque el lujo debería ser para el Carnaval de Tenerife por tener de tribunal a un grande como él.

El anuncio de que Agustín Rubiales iba a estar en el jurado despertó algún comentario de murgueros que llegaron a cuestionar que podría beneficiar a Bambones, por la buena relación que existe entre Agustín Rubiales y la murga de El Cardonal. El vicepresidente el Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz no quiere entrar al trapo en esas cuestiones, aunque tiene claro que "cualquier persona que se ponga como jurado, si es conocedor del mundillo, para no tener conocidos, amigos y demás, tendrá que estar totalmente aislado, como si estuviera metido en una burbuja". Pero en el ánimo de Rubiales no está polemizar. Y eso, a pesar de que "conforme pasaba el tiempo de la invitación a ser jurado, en julio, me iba emocionando como si fuera un niño viendo pasar a los Reyes Magos, ya que esa invitación era para mí el mejor regalo que me podían traer sus majestades de Oriente". Rubiales, incluso llegó a estudiarse desde entonces las bases y el reglamento, sin duda que pensaba cumplirlas a rajatabla, independientemente de cualquier amistad que tiene dentro del Carnaval chicharrero. Él defiende una máxima: "Los reglamentos están para cumplirlos y las amistades para no perderlas". Precisamente por eso no ha querido ser objeto de discordia y prefirió renunciar a alimentar polémicas, máxime cuando tiene claro que Bambones no necesita de la ayuda de nadie.