LAS CRÍTICAS sirven para ver el lado positivo de las cosas, anotar y aprender. Hace meses se generó un debate sobre dos noticias: "La Universidad de La Laguna colabora con las Murgas", y "La ULL firma un convenio con Ni Pico". En él existían personalidades que reprochaban a la ULL el desprestigio que le ocasionaría, la seriedad que le restaría, lo poco que tenía que ver esta institución "con una manada de personas que tocan un pito y cantan mal" y que todo esto es un ejemplo de "involución humana". Incluso a este comentario le he visto el lado positivo. Hay gente que piensa así de las murgas, en las comparsas ven a una manada de personas intentando bailar bien con cuerpos horripilantes y del resto de grupos no dicen nada porque ni siquiera saben de su existencia. Frente a esto estamos quienes pensamos que si un puñado de personas, algunas sin estudios, corriendo detrás de un balón mueven tanto, por qué no intentar hacer de nosotros mismos algo parecido. Porque 111 grupos son más de 6.000 personas, además integrantes de carrozas, personajes, grupos de disfraces... no voy a nombrar las personas que trabajan en empresas técnicas, comercios, bares, atracciones, etc. Mi mente positiva cree que hay que trabajar mucho para demostrar que dentro de esa manada de personas existe gente licenciada, diplomada, graduada, con algo de estudios o sin ellos, que formando parte de un grupo han aprendido desde coserse un botón hasta valores que las hacen mejores personas. Es cierto que no es habitual que Instituciones como la ULL colaboren con el Carnaval, pero si realmente lo hicieran, otro gallo cantaría. Tal vez los catedráticos en Pedagogía podrían investigar por qué un director de un grupo infantil influye más en un niño que el profesor de matemáticas, sacar conclusiones de ello y aprovechar para que las influencias sean positivas. Tampoco estaría mal que los diplomados en Historia nos hicieran saber que hace 400 años ya existía esta fiestita llamada Carnaval y evitar que los catedráticos letristas murgueros pongan en boca de los niños y no tan niños cosas como que "Enrique Glez. es el creador de las murgas". Ya podrían los economistas analizar el mercado "negro y brillante como la lentejuela" que se genera en Carnaval con las costureras, elaboración de tocados, botas, complementos, letristas y directores musicales o artísticos, y proyectar cómo hacer de todo esto una industria que genere empleo y por lo tanto riqueza. A lo mejor a los expertos en marketing les gustaría estudiar cómo vender tanto como los Bambones por dar un ejemplo y aplicarlo para explotar el Carnaval. Qué bien nos iría si quienes manejan el Turismo usaran el Carnaval como un producto más con el mismo trato e inversión que la gastronomía, de tal forma que el mundo entero quiera venir en Febrero a Tenerife. Ojalá los de las Bellas Artes den nombre a la corriente de los grandes diseños que si fueran expuestos recibirían más visitas de los cruceristas que el propio TEA. Incluso no vendría mal que un estudiante de Derecho haga prácticas con los grupos explicando qué es y cómo se maneja una asociación cultural para que funcionen mejor todo el año dinamizando sus zonas. No estaría mal que los psicólogos hagan su trabajo de fin de carrera basado en cómo mantener un colectivo de 50 personas de todas las edades unidas con un fin común. Sería interesante que los ilustres catedráticos que hay en nuestra Universidad dejaran huella sobre nuestra fiesta, ya que sólo existen 20 obras, por decir un número alto. Esto serviría para que las personalidades "intelectuales" estudiosas de la involución Humana EVOLUCIONEN.