El agua corriente del grifo, señala la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), es la mejor opción, de buena calidad y más económica. Pero las aguas minerales envasadas se han hecho un hueco entre los consumidores, y en muchos sitios donde el agua no tiene buen sabor no hay más alternativa. No obstante, no todo el agua que viene en botella es igual. Entre unos productos y otros hay muchas diferencias.

Desde la OCU insisten en que la primera opción para beber es el agua del grifo, que según sus estudios es buena en la mayoría de las poblaciones españolas.

Si aun así se va a optar por el agua embotellada hay que tener en cuenta que eso no significa que sea agua mineral, pues en el mercado se pueden encontrar distintos tipos de aguas envasadas:

- Agua mineral natural. Agua subterránea, pura en origen. Su composición mineral es constante, siempre la misma. Las aguas minerales deben presentar análisis periódicos para demostrar la constancia de su composición.

- Agua de manantial. Agua subterránea, pura en origen. Su composición mineral no es constante, puede variar. Sólo deben ser analizadas una vez, antes de comercializarse.

- Aguas preparadas. Agua que se ha tratado (para hacerla potable, por ejemplo), o aguas de abastecimiento público preparadas: son aguas del grifo envasadas que se suelen usar para suministro público en cortes de agua por averías u otras circunstancias.

El 96% del agua envasada que se vende en España, según informa la OCU, es agua mineral natural.

El agua mineral procede de depósitos subterráneos profundos y sale espontáneamente al exterior a través de un manantial o se extrae mediante una perforación. El origen de estos depósitos es la lluvia que, tras ser absorbida por la tierra, queda retenida por una capa impermeable formando un acuífero. Los terrenos que el agua atraviesa en ese camino actúan como un filtro que elimina los microorganismos y las sustancias extrañas. Además, la lenta circulación del agua dentro de estos depósitos hace que se carguen de minerales procedentes de las rocas con las que está en contacto.

Las aguas minerales naturales tienen una serie de características que las hacen únicas:

- Se envasan con la misma composición que presentan en el manantial.

- No requieren de ningún tratamiento químico ni microbiológico para su consumo.

- Se envasan desde el manantial, protegiéndolas de cualquier contacto con el exterior.

- Poseen una composición constante, un contenido mineral específico que depende de las rocas por donde se filtran de forma natural, así como el tiempo, profundidad y temperatura de su recorrido en el subsuelo.