Los grupos parlamentarios cerraron ayer la ponencia que ha estudiado los cambios en la Ley de Pesca de Canarias de 2003 con el fin de abrir la posibilidad de que los pescadores puedan llevar turistas en sus barcos para que comprueben sus labores en la mar y, así, tengan ingresos complementarios. Los últimos flecos que separaban a los grupos de Podemos se derivarán a un reglamento futuro, de manera que el cambio en la ley, denominada ahora "pesca-turismo", saldrá en buena parte por unanimidad.

Esas diferencias consisten, sobre todo, en el temor de la diputada Concepción Monzón de que, si se deja entrar en un 50% a empresas turísticas en este ámbito en coordinación con los pescadores, se pudiera pervertir el objetivo del cambio, estas compañías pueden acabar copando la actividad o forzando a los pescadores a declinarse más por estos ingresos. Al final, se ha decidido concretar estos aspectos en un reglamento, en el que también se dilucidarán los porcentajes de ingresos complementarios que podrá representar esto para los profesionales de la pesca.

El porcentaje de ingresos y la participación de empresas turísticas quedan pendientes

Al principio, la mayoría optaba por un 40%, pero en las últimas ponencias fue venciendo la visión de dejar libertad o, al menos, que en las etapas de mala mar y dificultades para lograr réditos de la pesca se pudiera dejar al 100% los ingresos turísticos, siempre que el oleaje permitiera salir.

Lo que sí se zanjó ayer fue el rechazo de todos los grupos a la intención del PP de regular también las excursiones marítimas para disfrutar de los cetáceos, bajo el argumento de que no había tiempo y, si se hacía, debían abordarse también otras actividades de ocio.

El cambio legal irá ahora a comisión para ser aprobado y, en principio, al pleno del 26 de marzo para su respaldo final.