El Gobierno canario considera que la mejor fórmula para abaratar los billetes aéreos entre las Islas y la Península sería bonificar a los residentes en el Archipiélago las tasas que cobra AENA por cada pasajero, en lugar de aumentar el porcentaje de subvención de sus billetes.

La opción de bonificar esa tasa que, como mínimo, podría rebajar entre un 11% y un 12% el precio de los pasajes, "es realmente la que más garantías da" de que los costes de trasladarse al resto del país se reducirían significativamente para los isleños, en opinión del Ejecutivo, afirmó su vicepresidente, Pablo Rodríguez.

El vicepresidente explicó que su parecer se basa en las conclusiones de un informe encargado a un especialista en la materia para analizar las distintas medidas que se podrían aplicar para conseguir un abaratamiento de los vuelos y "ver cuál es más eficiente para lograr el objetivo final", que es que quienes viven en el Archipiélago paguen menos por desplazarse a la Península. Ese informe fue dado a conocer en una rueda de prensa con la participación de su autor, Germán Blanco, que sostuvo que incrementar la subvención que se da a los residentes al 75% del precio que tengan que pagar por sus billetes no aseguraría que las tarifas bajaran en la misma proporción porque las líneas podrían cambiarlas, mermando el beneficio de los usuarios.

Blanco cuestiona también la idea de declarar los trayectos Canarias-Península de obligación de servicio público -como defiende, entre otros, Nueva Canarias-, argumentando que al estudiar las 167 rutas que están catalogadas como tales en toda la Unión Europea ha comprobado que en ellas "las tarifas no suelen ser más bajas", a pesar de que tengan fijados precios de referencia que obligan a las aerolíneas. De hecho, aseguró que el establecimiento de la obligación de servicio público puede ser contraproducente porque "lo que suele originar es que las tarifas estén por encima de las de un mercado no intervenido".