Los grupos parlamentarios acordaron ayer dejar pendiente las conclusiones y posibles acuerdos sobre la reforma electoral en Canarias para el próximo 18 de septiembre.

Ese día, los distintos partidos se centrarán en tratar de pactar qué número definitivo habrá de escaños, ya que se discrepa sobre si conviene aumentarlos en 10 o 15, siempre en función de la población, en aras de una mayor proporcionalidad y ante casos como el País Vasco, que posee 75 con un número de habitantes similar.

En la actualidad, la Cámara canaria tiene 60 y, si bien hay partidos a los que no les importaría dejarlo así, como a ASG (si no se toca la triple paridad), el resto sí asume que deben aumentarse. El problema es la falta de acuerdo sobre el número.

Mientras CC prefiere pararse en 70 (incluso con uno más para Fuerteventura dentro de esa cifra), otros como NC optan por llegar a 75 en busca del sistema más equilibrado posible y de una reforma que no obligue a cuestionarla en pocos años, con lo que apuesta por el máximo consenso posible.

Según remarcó ayer el portavoz de CC, José Miguel Ruano, el nuevo Estatuto enviado a Madrid y acordado entre CC y PSOE contempla 10 diputados más con una lista regional que los socialistas siguen defendiendo con ahínco y que los nacionalistas no ven mal en general, pero saben que tienen contestación interna.

Podemos coincide con CC en que no deben aumentarse mucho y prefiere los 70, pero con una redistribución muy diferente a la actual para que el equilibrio entre población y territorio sea muy diferente al actual y un voto no cueste 1/18 entre algunas islas.

Con todo, ayer se pactó retomar la negociación en el número final de escaños y dejar para después cómo se repartiría esa cámara, en la que habría un diputado más para Fuerteventura, pero no queda claro si el incremento solo beneficiaría a Tenerife y Gran Canaria (lo que quiere el PP y NC), si hay lista regional o si se reequilibra todo de otra manera.