La llamada fractura de cadera es una de las patologías que provoca más muertes en la población mayor de 65 años. Sin embargo, y aunque es la causa más frecuente de ingreso prolongado en hospitales para estos pacientes, aún se tienen muchas dudas sobre su gravedad, el procedimiento de curación y las formas de prevención.

En Canarias se producen, aproximadamente, entre 8 y 10 fracturas de cadera al día, lo que significa que se suceden entre 200 y 250 fracturas de cadera por hospital y año. Los resultados son "muy satisfactorios, a pesar de las lamentables pérdidas", asegura Mario Herrera Pérez, vicepresidente de la Sociedad Canaria de Cirugía Ortopédica y Traumatología.

"En nuestra comunidad contamos con un equipo médico de traumatólogos de la más alta cualificación y con personal de enfermería especializado del más alto nivel, que hace que los resultados sean uniformemente buenos", insiste.

Este padecimiento consiste en "la fractura de la parte proximal del fémur, la que se une a la pelvis" y es provocada como efecto secundario de la osteoporosis. En palabras del vicepresidente, es "una enfermedad que afecta a todos los huesos en mayor o menor medida produciendo un deterioro en la cantidad y la calidad de los mismos".

La mayor preocupación del colectivo sanitario es que "la mortalidad por fractura de cadera es claramente superior a los 5 años que la de cáncer de colon".

En esta línea, Herrera Pérez argumenta que "la mortalidad por fractura de cadera es del 7% durante el ingreso hospitalario, de hasta el 12% al mes siguiente de la fractura y de hasta un 33% al año de la misma". Lo que quiere decir que, de unas 50.000 fracturas que se producen al año en España, aproximadamente 17.000 pacientes fallecerán durante los doce meses posteriores a la misma.

No es un secreto que la población tienda al envejecimiento, y esto se percibe en los hospitales de tercer nivel, donde es "muy habitual" que los pacientes que acuden sean mayores de 80 y 85 años. A esa edad, una fractura de cadera es, según Herrera, "como si, sobre el mar en calma, viniera una auténtica tempestad que pone toda la maquinaria a funcionar al máximo". Este alto nivel de exigencia produce que estos pacientes, "muchas veces frágiles", no lo puedan soportar, "falleciendo a pesar de los cuidados médicos oportunos".

Esta fractura, según argumenta el experto, "es el resultado de un problema social de fondo, relacionado con la dependencia".

Por esta razón, insiste en que "debemos adelantarnos a que esto ocurra y si no podemos asegurar a nuestros mayores esta protección, se debe pedir ayuda a ayuntamientos, cabildos, Cruz Roja y otras instituciones públicas, antes de que sea demasiado tarde para ellos".

La clave se encuentra en la prevención

Resulta curioso que, a pesar de que en las últimas décadas se hayan introducido avances quirúrgicos y anestésicos, "las cifras altas de mortalidad han permanecido estables", según asegura Mario Herrera.

La edad avanzada juega un papel principal en este hecho, pero no se debe olvidar importancia de conocer a fondo las formas de prevención.

En pacientes menores de 65 años, puede bastar con llevar unos tratamientos para evitar la osteoporosis y hábitos de vida saludables, pues así se mejorará la masa ósea. Por tanto, seguir unas recomendaciones básicas como realizar ejercicio físico moderado diario, tomar productos lácteos y evitar el tabaco, alcohol o el café, pueden ayudar enormemente a prevenir esta patología.

"Ahora bien, en pacientes muy añosos, mayores 85 y 90 años, estas medidas son mucho menos efectivas, y nuestra principal misión es evitar la caída", explica Mario Herrera. El vicepresidente recuerda que estos pacientes no pueden dormir solos, deben tener su entorno adaptado, bien iluminado, con suelos antideslizantes, y además deben tratarse déficits visuales o del equilibrio, así como el uso excesivo de medicación que produzca somnolencia que afecten a su capacidad de marcha y de reacción y favorezcan las caídas.

Hay que estar muy atentos, además, porque las fracturas de cadera pueden pasar desapercibidas en un control médico. "Esto ocurre aquí y en todos sitios, es un hecho conocido que una fractura no desplazada puede fácilmente pasar por alto en el examen radiológico" explica Herrera. "Esta circunstancia se da hasta en el 15% de los casos", recalca. Pero "generalmente el paciente sigue con su vida normal y la fractura se desplaza, siendo entonces más evidente el diagnóstico".