Canarias, a través del Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) de Santa Cruz de Tenerife, coordina un proyecto europeo para mejorar la inserción laboral de los reclusos una vez que salen de prisión. El objetivo de la iniciativa, presentada ayer, es mejorar las competencias y el índice de graduación de este sector de la población, de manera que tenga más facilidades para conseguir un empleo cuando abandone la cárcel.

Ana Belén González Mato, la coordinadora del proyecto, explica que muchos de estos alumnos -en Tenerife más de 600 de los 1.100 reclusos que hay- tienen un perfil complejo que exige una formación específica, pero también apoyo docente. "Necesitamos estrategias para que no abandonen, para que estas personas se incorporen al mercado al menos con las mismas garantías que los demás. Trabajar las necesidades educativas especiales es algo bastante demandado con adultos; tenemos la misma carencia que en la infancia, pero que en adultos se puede complicar por la situación social", destaca.

"Tenemos una población con bastantes déficits -a veces con carencias psíquicas e intelectuales a la vez-, que llega a esta edad con dolencias diagnosticadas pero no tratadas. No pretendemos tratarlas, pero sí abordar estrategias de aprendizaje". Una de las opciones que plantean es la incorporación de orientadores, una figura que no existe en esta enseñanza no obligatoria.

La iniciativa, denominada "Calypsos: Apoyo a la inclusión social, a las necesidades específicas de apoyo educativo y la mejora de competencias básicas para personas reclusas de Europa", se enmarca en la convocatoria del año 2016 del programa Erasmus +. Tiene como socios a tres países -España, Italia y Portugal- y participan cuatro universidades, incluyendo la de La Laguna.