La crisis de los refugiados sería aún peor si no existiera Acnur. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados empezó hace cinco años a alertar de una tragedia anunciada, la de los miles de ciudadanos que iban a tener que huir de sus casas por la guerra. Sus presagios se cumplieron. Ayer la Delegación Canaria de la Asociación Española de Mujeres Juristas Juristas, que fundó María Dolores Pelayo, quiso rendir homenaje a la labor desempeñada estos años y otorgó un premio a la directora general del comité español, María Ángeles Siemens.

El acto de reconocimiento se llevó a cabo en el Club Oliver y a él asistieron distintos representantes de la sociedad civil de la Isla.

Acnur se implantó en Canarias hace relativamente poco tiempo. Lo hizo en 2013 en Gran Canaria y posteriormente en Tenerife. Sin embargo, a pesar del escaso tiempo que ha pasado desde que aterrizó en las Islas el arraigo ya es considerable. Eso se debe, precisó la directora, a que la sociedad canaria es solidaria y no duda en hacer un esfuerzo para intentar ayudar a quienes peor lo están pasando. Siemens recordó que Europa y España ya han vivido situaciones similares -la más reciente, la de principios de los años 90 ocasionada por la desintegración de Yugoslavia- y tienen experiencia. Lo que falta es voluntad política. "La sociedad civil ha estado por delante de los gobiernos europeos en la crisis de Siria". Ese sentimiento de responsabilidad y sociedad se ha materializado en un apoyo mayor a Acnur para gestionar la tragedia humanitaria.