A nadie se le escapa el carácter insular de nuestro territorio, salvo al organismo Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) que está ahora más preocupado de su cuenta de resultados tras su privatización, que de su función de prestatario de un servicio público y esencial. Tampoco parece preocuparle al ente el hecho de que en este archipiélago exista una dependencia mayor y más directa de la red aeroportuaria, tanto para garantizar el derecho a la libertad de movilidad de sus habitantes entre islas como entre Canarias-Península. Para AENA resulta intrascendental que la economía de Canarias dependa directamente del grado de funcionamiento de su red vendida a precio de saldo.

Tras este proceso de privatización, queda ahora por determinar qué interlocutor tendremos con el nuevo modelo de esta AENA empresarial y qué influencia podría tener una institución pública, llámese Gobierno autónomo o cabildo, para ejercer su derecho a exigir unos estándares de calidad en los servicios esenciales aeroportuarios.

No lo digo yo, lo dicen los expertos. Nuestros dirigentes políticos han vendido a la empresa privada, y a precio de saldo, una red pública que representa de manera directa e indirecta un 10% de PIB y que fue construida durante décadas con el esfuerzo y los impuestos de sus ciudadanos. A partir de ahora, debemos estar preparados para que la obtención de dividendos sea más importante que la prestación del servicio se haga con calidad y con las mejores condiciones de operatividad. Por tanto, debemos acostumbrarnos a partir de ahora al silencio administrativo de AENA ante nuestras peticiones y ante la adopción de decisiones.

No pretendo hacer ahora un análisis de cuáles van a ser las estrategias de negocio del ente, pero si hablar de sus "zarpazos" económicos y que afectan claramente a islas como El Hierro, a las que sin piedad y pudor tratan de discriminar en las inversiones públicas, pero sí igualar en los cánones a pagar por quienes pretendan acceder al uso de sus instalaciones. Me voy a referir en concreto a la próxima licitación de espacios para la instalación de oficinas, en este caso para la ubicación de empresas de alquiler de coches sin conductor, donde el organismo no tiene en cuenta las especiales circunstancias de un pequeño aeródromo interinsular como el de esta isla frente al de un aeropuerto con rutas nacionales e internacionales.

AENA se nos hace ciega, sorda e insensible ante la petición de los canarios y de los herreños. Se le empieza a ver el plumero y el servicio público lo maquilla ahora con el negocio sin límites atendiendo a los intereses de multinacionales frente a los de las pequeñas y medianas empresas de Canarias. El mejor ejemplo ya lo tenemos en el aeropuerto de El Hierro, en el que AENA ha subido un 100% las tarifas variables que deben abonar por ejercicio de actividad las empresas adjudicatarias de alquiler de coches sin conductor, que pasan de un 4,5 a un 8%.

Se da la paradoja de que el canon fijo, que para el caso concreto de El Hierro, con un volumen anual de 146.000 pasajeros y tres aviones diarios en invierno y cuatro en verano, supone unos 3.200 euros más IGIC mensual; mientras que en el aeropuerto de La Palma, para no salir del territorio canario, con un volumen de pasajeros en 2015 de casi un millón (971.676), es decir casi diez veces más que El Hierro, con vuelos nacionales e internacionales, y un incremento del 12,6% en movimiento de pasajeros respecto al año anterior, y con un tráfico de aviones también superior, paga por el mismo espacio tan solo 3.000 euros más (6.384 euros más IGIC).

En esa sordera empresarial a la desproporción de los números, AENA no ha atendido los requerimientos del Cabildo de El Hierro para que se ponderaran las singularidades y realidades territoriales de los distintas instalaciones aeroportuarias, "respondiendo a intereses privados, poniendo en evidencia en lo que realmente se traduce la privatización parcial de Aeropuertos Nacionales, sin importar su vertiente social, algo que espero reconsidere la recién estrenada nueva Comisión de Fomento en el Congreso".

Resulta lamentable que con dinero público AENA esté haciendo negocio, fomentando desigualdades y permitiendo competencia desleal, dejando fuera de toda posibilidad de licitación a empresas locales pequeñas que llevan años trabajando duro para sacar a delante el sector turístico en este caso en un territorio insular y ultraperiférico. Esto es solo el comienzo de una estrategia meramente empresarial que da la espalda a las pymes y abre las puertas de par en par a las multinacionales. Serán éstas últimas las que se coman el negocio de las pequeñas empresas dedicadas históricamente y que han hecho mucho por el desarrollo de la isla de El Hierro y del sector turístico, porque no van a poder competir, porque lo que lleva parejo esta privatización de servicios públicos es que a la hora de hace contratos públicos las empresas pequeñas no pueden partir en igualdad de condiciones y sean las grandes empresas, aquellas manipuladas o reorientadas por los poderes políticos, las que se comen el bacalao.

* Presidenta del Cabildo de El Hierro y parlamentaria regional