En 2005 su vida era otra. Tenía dos hijos, de uno y tres años, y un trabajo. Una vida normal, felizmente normal. Diez años después es un ejemplo de superación. Ha participado en numerosas pruebas deportivas, desde carreras hasta triatlones. Su historia podría ser la de alguien que encontró en el deporte una manera de demostrarse a sí mismo que querer es poder y que la voluntad es algo tan maleable como queramos. Sin embargo, es mucho más que eso.

José Luis Layola empezó a sufrir ciáticas constantes hace más de una década y, tras numerosas pruebas, un neurólogo le dijo lo que nadie quiere escuchar: que tenía una enfermedad degenerativa que solo podía ir a peor. En 2005 le diagnosticaron esclerosis múltiple y le dijeron que viviría unos diez años. Dejó de sentir el 85% de su cuerpo y dejó de valerse por sí mismo. El año pasado, sin embargo, fue capaz de acabar la Titan Desert, una carrera de "mountain bike" que se desarrolla en el desierto del Sáhara.

"De un día para otro te dicen que tienes una enfermedad que es para siempre, que es degenerativa y que no tiene cura. Nadie te enseña a asumir algo así". El principio fue muy difícil. "Pasé por una zona muy oscura, pero me di cuenta de que todo es cuestión de adaptarse. Tenía que decidir entre dejar de ser persona o no. En esta vida casi nada te viene hecho". Está claro cuál fue su elección. Layola pasó de estar postrado en una silla de ruedas a no llevar bastón. Hoy se toma un montón de pastillas que no evitan el dolor, pero sí lo hacen más llevadero. Hasta 2009 no consiguió una medicación adecuada, que le permitiera no tener dolores constantes "similares a los de un parto". No fue solo una cuestión mental: sin su perseverancia y su esfuerzo físico no habría sido posible. "Me dijeron que tenía que hacer rehabilitación 30 minutos al día: hice entre cinco y ocho horas durante los 365 días del año".

Gracias a ese tesón, Layola ha podido participar en numerosas pruebas deportivas desde entonces. Hace unos años le regalaron una bicicleta y tuvo claro que no se quedaría guardada en el trastero o el garaje. En 2014 ganó una de las becas "Persigue tus sueños", promovida por GAES Centros Auditivos y la Fundación Grupo Sifu, y se inscribió en una de las carreras más duras del mundo: cruzar parte del desierto del Sáhara. A la dureza del reto se unen las dificultades de su enfermedad: las temperaturas extremas y la pérdida de equilibrio favorecen los episodios.

"Todos aprendemos, desde que somos pequeños, que si nos caemos solo queda levantarse", dice con franqueza y como si lo que hubiera conseguido no fuera una hazaña épica.

Las asociaciones de personas con discapacidad marchan por sus derechos

La asociación Queremos Movernos y el Movimiento Asociativo de la Discapacidad presentaron ayer la cuarta marcha por los derechos de las personas con discapacidad en el salón de actos del intercambiador de Santa Cruz. "Caminaremos pidiendo lo mismo. Diciendo que estamos aquí y seguimos igual. Soñamos aún con un mundo mejor. Entre todos podemos transformar la realidad", explicaron.

Ciclo "Testimonios motivacionales"

GAES Centros Auditivos y Fundación Grupo SIFU celebraron ayer en el Iberostar Grand Hotel Mencey de Santa Cruz de Tenerife la quinta sesión de "Testimonios motivacionales", un ciclo de conferencias cuyo objetivo es convertirse en un espacio de reflexión destinado a exponer las diversas vivencias que se esconden detrás de los retos deportivos de las becas "Persigue tus sueños". El protagonista, en esta ocasión, fue José Luis Layola. El ciclo de conferencias se inició en Vigo el 11 de junio. Hasta el momento se ha celebrado en Pamplona, Madrid, Valencia y Santa Cruz de Tenerife, y en los próximos meses tiene previsto visitar la ciudad de Alicante.