Desconozco si a lo largo de la IX Legislatura la presidenta del Parlamento de Canarias, Carolina Darias, mandará instalar en la Cámara un medidor de besos y abrazos, tal y como sugirió ayer, durante su primera intervención en la sesión de investidura, el portavoz de Nueva Canarias, Román Rodríguez. Quizás sea la mejor solución para verificar si el presidente electo del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, consigue su objetivo de rebajar los niveles de tensión de la Cámara. De momento, se puede decir que ayer dio un gran paso para lograrlo, pese a que al presidente del Grupo Parlamentario Popular, Asier Antona, y al propio Román Rodríguez eso del "buen rollito" no les agrade mucho a la hora de "hacer política".

Fernando Clavijo está decidido a pasar página. Si para la campaña electoral eligió el lema "De aquí en adelante", ayer optó por recomendar a sus oponentes en la Cámara regional que dejen de referirse al pasado, pues en caso contrario corren el peligro de perderse no solo el presente, sino también el futuro. Ya las elecciones del pasado 24 de mayo se encargaron de enjuiciar lo ocurrido en los últimos cuatro años, recordó, y ahora se abre una etapa de 1.461 días que es preciso aprovechar.

En el fondo, lo que pretende Clavijo es acabar con las peleas dialécticas estériles, que no llevan a ningún sitio, y que el Parlamento sea un lugar de diálogo sincero y de trabajo. En principio, el reto está ahí, ahora habrá que ver si se hace realidad o no.

Su mano tendida chocó con el escepticismo y la desconfianza de Antona, la inamovible posición de la portavoz de Podemos, Noemí Santana -en su segunda intervención demostró que ayer había acudido a la Cámara a hablar de su libro y solamente de su libro-, y del ya citado Román Rodríguez, a quien los nuevos aires que pretenden introducir en Teobaldo Power los inquilinos recién llegados no solo no le acaban de convencer, sino que, a su juicio, tratan de enmascarar la incapacidad de hacer política de verdad.

Nada que ver con la actitud del presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, quien en su condición de portavoz de la Agrupación Socialista Gomera se abrazó enseguida al tono conciliador de Clavijo, convencido, sin duda, de que por ese camino obtendrá más réditos para la Isla Colombina que por la vía de la confrontación. Tal es así que incluso llegó a subrayar el tono optimista del exalcalde de La Laguna. Son muchos años ya en estas lides.

La futura vicepresidenta del Ejecutivo canario, Patricia Hernández, también se tendrá que adaptar a las formas que intenta implantar en la política canaria su, desde ayer, nuevo jefe. Acostumbrada a la batalla dialéctica con ministros y ministras, en las Cortes generales, ahora debe asumir los nuevos tiempos.