El I Festival Nacional de Biodiversidad ha alertado del problema que supone el uso indiscriminado de venenos para la fauna y la flora del Archipiélago y para la salud humana. Así lo expuso el biólogo Federico González, experto en control fitosanitario, quien denunció el desconocimiento real de este problema.

"Solo se encuentra el 10% de los cuerpos de animales que han muerto fruto de un envenenamiento porque la mayoría fallecen en zonas no accesibles. Solo conocemos la punta del iceberg, porque en los registros constatamos unos 200 o 300 animales al año", explicó el biólogo, que remarcó que hay muchas administraciones que no realizan estos controles. Con estas cifras, se puede deducir que al menos 3.000 animales al año mueren a causa del uso de venenos.

El experto añadió que esto conlleva otros problemas colaterales, como la afección a especies a las que no va dirigida ese producto químico, tales como árboles singulares o endemismos. Otro problema que se genera es que se eliminan, indirectamente, animales que controlan las plagas.