Repsol ha decidido abandonar la búsqueda de hidrocarburos en aguas marinas próximas a Canarias tras efectuar un único sondeo, denominado Sandía, que confirma la existencia de gas, pero ni en cantidad ni de calidad suficientes para hacer atractiva su explotación comercial.

Los trabajos de exploración indican que en el subsuelo de esta zona marina se han generado petróleo y gas, "si bien los almacenes encontrados están saturados de agua y los hidrocarburos existentes se encuentran en capas muy delgadas no explotables", ha informado la petrolera en un comunicado.

Las muestras obtenidas en Sandía, donde la compañía ha trabajado en un pozo desde el 18 de noviembre pasado, indican que hay gas, "pero sin el volumen ni la calidad suficientes para valorar una posible extracción", explica la petrolera.

Fuentes de Repsol han señalado que la decisión de dejar los sondeos en Canarias es "definitiva" y que no se van a usar los otros dos permisos de exploración que le concedió el Gobierno en agosto de 2014, extremo este último que también ha confirmado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Asimismo, la petrolera desvincula el fin de las exploraciones en Canarias con la caída del precio del petróleo, que desde mediados de 2014 se ha depreciado y cotiza actualmente en torno a 50 dólares por barril, un nivel desconocido desde 2009.

La ausencia de hidrocarburos atractivos comercialmente en esta zona no implica que se puedan hallar en la parte de Marruecos, muy próxima a las exploraciones de Canarias y donde también se están haciendo trabajos de exploración, indican las mismas fuentes.

El 13 de agosto pasado, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo concedió a Repsol permiso para hacer tres sondeos: Sandía, Chirimoya y Zanahoria, este último vinculado a que los otros dos no resultaran positivos.

Repsol, que ya había avanzado que la investigación de Chirimoya dependería de lo que obtuviera en el primer pozo, empezó el sondeo en Sandía el 18 de noviembre de 2014 a unos 60 kilómetros de Lanzarote y Fuerteventura.

El pasado domingo alcanzó la cota máxima de profundidad prevista de 3.093 metros y el próximo día 20 concluirá al sellado del pozo, con lo que pondrá fin a su investigación en las aguas próximas a Canarias.

El buque Rowan Renaissence, que ha hecho el sondeo, se dirigirá ahora a aguas marinas de Angola para continuar con el programa de exploración de hidrocarburos de Repsol en ese país, con una estructura geológica muy parecida a la de Brasil, donde la empresa que preside Antonio Brufau ha hallado petróleo y gas de alta calidad.

Desde el inicio de los trabajos, Repsol calculó que había una posibilidad de éxito exploratorio de entre el 15 % y el 20 %.

En el mercado las acciones de Repsol han subido el 2,29 %, hasta 15,2 euros por título, en una jornada marcada por la revalorización de las firmas energéticas al hilo de la recuperación del precio del crudo, que hoy ha rozado los 50 dólares por barril. El índice sectorial europeo STXE 600 se ha revalorizado el 3,2 %.

El proyecto de Canarias ha causado una confrontación política e institucional sin precedentes entre el gobierno canario, encabezado por Paulino Rivero, y el español, con el ministro de Industria y líder del PP en las islas, José Manuel Soria, a la cabeza de la defensa de los sondeos.

Tras saberse que la búsqueda de petróleo en Canarias ha terminado, el subsecretario del Ministerio de Industria, Enrique Hernández Bento, también canario, ha dicho que se trata de una "muy mala noticia" para los intereses energéticos de España, mientras que Sáenz de Santamaría ha insistido en que es "bueno saber si hay petróleo o no lo hay", dada la elevada dependencia energética española de terceros países en hidrocarburos.

Por el contrario, Rivero ha recibido el abandono de Repsol como un éxito para el archipiélago y una garantía para las próximas generaciones. "Ha ganado el interés general y ha perdido el interés particular", ha dicho.

Otros se han mostrado escépticos, como el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera, quien ha mostrado su temor a que la decisión de Repsol sea un engaño fruto de una estrategia comercial, por los bajos precios del petróleo, y política, para no perjudicar al PP en año electoral.