Ya no sabe qué más hacer. Ha presentado media docena de reclamaciones en la Consejería de Vivienda del Gobierno de Canarias e incluso ha acudido al Diputado del Común y a una abogada, pero Idaira Herrera -de 33 años y actualmente desempleada- aún no ha obtenido ninguna respuesta a la solicitud que presentó el 2 de septiembre del año 2010 para recibir una ayuda para la compra de una vivienda usada.

"Cuando la presenté me dijeron que cumplía con todos los requisitos, que la tenía aprobada y que me pagarían en seis meses, pero claro, fue algo que me dijeron de palabra y que no quedó registrado en ningún lugar, pero lo cierto es que nunca me han respondido nada", explica esta tinerfeña que narra que, "harta de tanto toreo", ha creado una Plataforma de Afectados para la Vivienda Usada Canaria a la que en poco más de tres meses se han sumado 70 personas con la que pretende conseguir que "por fin" se les dé una contestación y se aclare en qué situación se encuentran.

"Compré una casa antigua y con ese dinero que me había dicho que me correspondía iba a acondicionar la parte alta, pero cinco años después sigue inhabitable y no tengo ni ventanas", detalla la joven, para la que la máxima preocupación es no perder su casa.

"Se supone que entre esta ayuda y la de hipoteca joven a mí me correspondían 18.400 euros en ayudas y, sin embargo, hoy no solo no tengo nada de eso, sino que me encuentro con dificultad para pagar mi casa. ¿Es esto lógico?", se cuestiona Idaira.