Esta fiscal señala que el volumen global de casos es muy difícil conocerlo, "porque los sentimientos pesan mucho en las víctimas, que creen que el agresor cambiará, porque les da pena o porque piensan que con la primera denuncia escarmentará". En cinco años las denuncias han crecido muy poco en Canarias. "Aunque no debe morir ninguna mujer", dice las cifras de asesinato en esta provincia son razonablemente buenas. En 2013 solo hubo un caso (el de Los Gladiolos, ya juzgado) y en lo que va de 2014, otro, el de la mujer asesinada en Guaza (Arona). El peor ejercicio fue 2010, cuando hubo 6 muertes por violencia de género. ¿Sirven para algo las medidas de protección, los alejamientos? La fiscal cree que "lo que tenemos que plantear es si las víctimas entienden que realmente las protegen y si confían en ellas". Apunta que "de nada sirven las medidas judiciales si la víctima reanuda su relación "a escondidas, por las noches o por los hijos". Para Sánchez, en estos casos la mujer no es consciente del peligro que corre y minimiza los riesgos o las amenazas.