Ana Mendoza es la persona que ayuda, habitualmente y de forma desinteresada, a quienes han convertido las cuevas del chicharrero barranco de Santos en su casa. Ayer, las imágenes del rescate de los bomberos de Tenerife a Nadia, una italiana que reniega del mundo y se ha asentado allí, al pie del Hotel Escuela, dieron la vuelta a España. "No quería irse sin su perro, Thor, del que no sabemos qué destino habrá tenido", dice Ana. Al final, los bomberos, con enorme esfuerzo y jugándose el físico, la trasladaron con arneses ladera arriba, a lugar seguro, superadas las escarpadas paredes naturales del cauce. Ante la mirada angustiada y temerosa de cientos de curiosos, que observaban la operación desde el puente de Salamanca. Final más o menos feliz, pero apenas por un instante. A Nadia le queda otra dura batalla, pero en esta tormenta logró salvar la vida.

"Ya advertimos del peligro para la gente del margen derecho, pero esta vez lo peor fue en el izquierdo, pese a que hay un pequeño sendero por el que pueden acceder a las canchas del pabellón Ana Bautista", apunta Ana. "Una persona que vivía cerca de Nadia está a salvo en el parque Viera y Clavijo, donde no pasó nada salvo la lluvia -añade Ana-, pero en el margen izquierdo, un matrimonio, un italiano llamado Alejandro y un pintor búlgaro han perdido lo poquito que tenían. Ahora están en el albergue, pero ha sido un desastre y menos mal que no ha habido desgracias personales".