Con 700 kilómetros cuadrados de reserva marina de interés pesquero, la mayor superficie de toda la Unión Europea, el archipiélago Chinijo, situado al noreste de la isla de Lanzarote, ha entrado además este verano a integrar el grueso de espacios marinos que se han incorporado a la red Natura 2000.

El conjunto de islotes que integra el archipiélago -La Graciosa, Montaña Clara, Roque del Este, Roque del Oeste y Alegranza más el Risco de Famara- aportan así a la red casi 1.500 kilómetros cuadrados, cuando hasta ahora su superficie protegida por esta figura europea era de 179, apenas 50 de ellos de carácter marino.

El archipiélago fue declarado en 1994 Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), un reconocimiento más para un singular espacio que era ya Reserva de la Biosfera de la Unesco, Área de Sensibilidad Ecológica y Parque Natural, entre otros.

No obstante, como ha explicado el responsable del programa marino de SEO/BirdLife, Pep Arcos, esta ZEPA afectaba sólo al espacio terrestre de los islotes y a un estrecho cinturón marino alrededor de todos ellos.

Por ello, la ong amplió en la propuesta de IBA (Lugares de Importancia Internacional para las Aves) que elevó al Ministerio a más de 1.000 kilómetros cuadrados la superficie protegida, lo que sirvió para que el 17 de julio el Gobierno declarase la ZEPA marina con 1.300 kilómetros cuadrados que se sumaban a los ya existentes.

Así, lo que fuera la mayor reserva marina de interés pesquero de toda la Unión Europea es hoy uno de los nuevos espacios de la red Natura 2000, el conjunto de espacios protegidos más grande del mundo, que abarca el 30 por ciento del territorio español.

En declaraciones a EFEverde, Pep Arcos se ha felicitado de esta declaración, aunque ha matizado que ahora urge "elaborar un plan de gestión para el archipiélago que sea exhaustivo, bien documentado, trabajado y coherente, y, por supuesto, implementarlo".

Según este experto, "mientras no tengamos el plan de gestión, el hecho de ser designado como espacio de la red Natura 2000 no es suficiente y lo que se puede conseguir es bastante limitado".

Ha recordado además que la aprobación de las nuevas ZEPA marinas incluye el compromiso de elaborar e implementar esos planes en dos años, "un objetivo un poco ambicioso, aunque hay que tener en cuenta que no partimos de cero, pues el proyecto Indemares ya ha sentado las bases para ello".

"El reto es que se cumplan los plazos y que los planes de gestión no se limiten a un manual de buenas prácticas", ha añadido Arcos, quien ha alabado el compromiso del Ministerio de Medio Ambiente de "ponerse al día y no repetir los errores cometidos con la Red Natura 2000 terrestre".

Situado sobre una plataforma submarina de menos de cien metros de profundidad, el archipiélago Chinijo constituye una joya geológica y biológica, refugio de diversas especies amenazadas y protegidas -algunas exclusivas de este parque- y de una naturaleza en buen estado de conservación.

Los islotes conforman un hábitat singular para las aves; según SEO/BirdLife, posee una de las mejores poblaciones de aves marinas (Petrel de Bulwer, pardela cenicienta, paíño pechialbo o paíño europeo) y de rapaces (Halcón de Eleonora, Alimoche, águila pescadora, cernícalo vulgar o lechuza común) de las Islas Canarias.

Pep Arcos ha insistido en que el valor de estos islotes reside precisamente en las procelariformes, uno de los grupos de aves más amenazados a nivel mundial, "cuya conservación pasa por gestionar este espacio de una forma más restrictiva de lo que contempla la propia red natura 2000".

"Lo realmente importante es preservar las colonias de estas aves, por lo que la restricción de las visitas a las islas se debería mantener e incluso incrementar", ha añadido.

Hasta ahora, sólo 287 de los 1.807 espacios de la red Natura 2000 en España eran de carácter marino; la incorporación de las 39 nuevas ZEPA supone multiplicar por veinte la superficie marina protegida, que pasa a ser de unos 50.000 kilómetros cuadrados.