La regeneración democrática es el nuevo discurso de moda, y eso da miedo a quienes impulsan desde el convencimiento las reformas que creen indispensables para mejorar la calidad democrática -y la propia economía- del país. El temor a que todo acabe en un saludo a la bandera y que no lleguen a efectuarse los cambios que demanda la calle asusta a esos colectivos, pero también a buena parte de los partidos que ahora son conscientes de que hay una nueva revolución ahí fuera y que, de no prestar atención, perderán votos -poder e influencia incluidos- tanto en las elecciones autonómicas como en las generales que se celebrarán, previsiblemente, el próximo año. La ciudadanía pide la palabra para cambiarlo todo y, por primera vez, todos los partidos oyen -con atención- lo que demandan.

Cada formación en Canarias tiene una idea diferente de qué es lo que pide la calle. Para conocer su punto de vista y entender de qué va la regeneración democrática en las Islas, EL DÍA invitó esta semana a su debate a la diputada de CC por Tenerife, Flora Marrero, al diputado socialista por Fuerteventura, José Ignacio Álvaro Lavandera, al diputado de Nueva Canarias por Gran Canaria, Pedro Justo, al portavoz del Partido Popular (PP) de Tenerife, Guillermo Díaz Guerra, al portavoz de Podemos en Tenerife, Tino Méndez, al coordinador de Izquierda Unida Canaria, Ramón Trujillo, al coordinador de UPyD en La Laguna (Tenerife), Antonio de la Guardia, y al concejal de Sí Se Puede en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Pedro Fernández Arcila.

El primero en intervenir fue Justo, quien defendió la transparencia en instituciones y partidos e introdujo la necesidad de cambiar el sistema electoral -que ratificarían el resto de participantes- y que conlleva a fomentar la corrupción -Arcila se mostró asombrado por el "blindaje" de los partidos frente a la corrupción, como en el caso Bárcenas, los ERE de Andalucía o la fortuna de Pujol-. Sobre la Justicia, Justo lamentó su lentitud y las interferencias de la política sobre su actuación.

Trujillo habló de "refundar" la democracia y la autonomía. "No hemos llegado a una democracia real, y no es que haya fracasado, sino que ha existido de manera incompleta", explicó antes de señalar la necesidad de introducir la proporcionalidad en el sistema electoral. "De 64 sistemas internacionales, el de Canarias sería el último, por detrás de Tanzania", subrayó. También Justo insistió en cambiar esa norma. "Fomenta la corrupción y los tres grandes partidos solo se preocuparon de poner topes electorales altos que cambiaron para reforzarlos, lo que excluye a muchas otras formaciones con apoyo en la sociedad".

Sobre los cargos públicos, Trujillo habló de regular sus sueldos para que sean "razonables y no privilegios" y de revocarlos si incumplen. Además, hay que "cortar" la financiación privada de los partidos para que las empresas no "capturen" al representante de los ciudadanos, además de endurecer las normas penales en los casos de corrupción y garantizar la pluralidad de los medios públicos.

Díaz Guerra habla de "revitalización" de la democracia para salir de la crisis -generar empleo-, proceso necesario por la falta de credibilidad en el exterior, pero también dentro. Su partido, recuerda, elaboró un plan de regeneración que incluye la Ley de Transparencia, la Ley de Altos Cargos, la Ley de Partidos Políticos -que aborda su financiación- y también respaldó la modificación del sistema electoral.

De la Guardia cree que hay una situación de emergencia nacional debido a la corrupción que afecta a partidos e instituciones, que origina no solo una crisis económica sino también de confianza en la democracia, por lo que aboga por leyes más duras contra la corrupción, un cambio en la norma electoral, una Justicia independiente de partidos y gobiernos y profundizar en la transparencia.

Méndez apuntó que el 15M fue el primer movimiento que cuestionó el régimen de 1978, si bien se pensaba que la calle no podía conseguir nada. "Ahora se habla de esto por la movilización", enfatizó. Apuntó que Podemos muestra en su web el movimiento del dinero que maneja. "Exigimos que el dinero público se trate con igual transparencia" y señaló que, además de endurecer las leyes, hay que intentar conseguir la devolución del dinero robado. El "entramado" de la corrupción "no viene de hace poco, sino de años" en un sistema donde los partidos nombran los jueces que los favorecen, algo "deplorable". -aunque Díaz Guerra defendió que la mayoría de los jueces lo son por oposiciones y no elegidos a dedo-.

Arcila propuso que la regeneración democrática vaya por tres vías: el pluralismo político -que las instituciones reflejen las organizaciones políticas de la sociedad-, que haya más participación ciudadana -para hablar de una democracia directa- y la economía, que está vedada a los ciudadanos y en manos de los grandes poderes económicos.

En la medida que haya más participación, explicó, habrá menos corrupción. "En Canarias hay un partido nacido y crecido a la sombra de la corrupción y eso es muy grave", afirmó en alusión a CC, lo que Marrero rechazó en seco. "Puede haber casos, no digo que no, pero no es la norma y no se puede generalizar así", protestó. "Tenemos alcaldes que tuvieron que dimitir por una sentencia y fue duro para CC porque de haber ido a las elecciones de 2015, sacarían mayoría absoluta", enfatizó.

Pero Arcila insistió en que el problema de la corrupción, en el caso de CC, obedece a su propia estructura. Al respecto, Trujillo esgrimió un estudio de la ULL sobre corrupción municipal que la cifró en un 8% en el ámbito nacional, pero que en Canarias llegó al 39%, cinco veces más.

"Esto está totalmente podrido por la falta de democracia estructural", criticó, si bien Lavandera apuntó que los topes electorales no afectan a los ayuntamientos. "La corrupción en Canarias es más alta, justo donde la democracia es más restrictiva casualmente", insistió Trujillo.

Lavandera puso de relieve la pérdida de confianza de los ciudadanos en los poderes públicos por la situación económica de las familias, que no tienen un colchón donde caer. "El sistema ha convivido con la corrupción incluso antes de la democracia porque no hay elementos correctivos como transparencia, un sistema electoral que favorezca la alternancia, limitaciones al número de cargos públicos y los aforamientos, entre otros aspectos", aseguró.

Además, abogó por no confundir la "vocación" política con la "profesión" política, algo que también suscribieron otros participantes como Méndez, que defendió poner límites al tiempo que los dirigentes pueden ocupar un cargo. "Hay que cambiarlo, no puede ser que se viva de esto, es algo voluntario" -aunque Justo cree que la edad no aporta, por sí misma, a la regeneración, y el PP se opuso a restringir el tiempo a ostentar un cargo. "Es intervencionismo".

Marrero defendió que su partido cree que la regeneración democrática es "imprescindible" y puso de ejemplo la reciente elección de su candidato a las elecciones de 2015. "El proceso fue más allá de lo que decían los estatutos porque lo demandó la militancia, no fue un proceso desde los dirigentes, sino desde la militancia", explicó. Considera "impensable" no consultar a la ciudadanía en temas como la reforma del Estatuto de Autonomía, la PCI o hasta la ubicación de una plaza, como pasaba hasta hace cinco años. Pero la regeneración, añadió, también atañe a los sindicatos, organizaciones empresariales, asociaciones de vecinos y ONG. Aboga por partir del consenso y de no cuestionar la democracia como sistema.

Sobre esto último, Arcila rebatió que los tres grandes partidos canarios no buscan el consenso, sino que imponen lo que quieren -como ejemplo, el Catálogo de Especies Protegidas-.

"Es verdad que hablan y discuten, pero lo hacen con las organizaciones del poder empresarial y no con quien puede aportar, es un problema de ustedes tres", acusó Arcila bajo la protesta de Díaz Guerra y Marrero.

Sobre el peligro de la "moda" de la regeneración democrática, Trujillo advirtió de que los grandes partidos buscan entretener a la ciudadanía con procesos como las primarias mientras evitan introducir la democracia directa o la pluralidad en los medios de comunicación públicos. "No va a pasar", auguró. "Proponen ahorrar eliminando diputados: no se ahorrará dinero, sino democracia".

También regeneración en la economía

Opinar sobre las decisiones económicas en el marco de la regeneración democrática es una exigencia de Sí se Puede, que critica -como otros- que los poderes fácticos empresariales impongan sus decisiones a la sociedad.

El cambio no es un asunto solo de jóvenes

Pese a que los últimos cambios de liderazgo en los partidos han pivotado sobre personas más jóvenes, ningún participante cree que la edad sea en sí un valor de regeneración. "Más que eso, buscan caras nuevas", dijo Marrero.