El día 12 de este septiembre tiene lugar la madre de todas las batallas: la reunión del Consejo Político de Coalición Canaria para elegir al candidato a la Presidencia del Gobierno por el principal partido nacionalista.

Puede, incluso, que esta votación no se llegue a celebrar, si uno de los dos candidatos se decantara como triunfador claro, antes de la asamblea, en la que deben votar 92 personas. Si alguien lograra los tres quintos, 56 votos, la cosa no tendría discusión; si no, ¿valdría la mayoría? Y, de lo contrario, ¿se convocarían primarias?

Se supone que los dos candidatos son personas inteligentes y que si uno de ellos sabe que no va a ganar, se retire. Y que después empiece una temporada en la que prive la unidad, no la confrontación. Pero me da que los perdedores de esta guerra van a salir muy tocados.

Este proceso conflictivo en CC no es nuevo. El partido ha estado siempre cargado de situaciones rocambolescas y, a veces, hasta cómicas. Recuérdese cuando , un antiguo cabo de la Legión que llegó a mandar mucho en el nacionalismo, fue a buscar a Madrid a Dimas Martín y a Honorio García Bravo y los trajo, casi a punta de pistola (es una metáfora) para que votaran en el Parlamento de Canarias.

Recuérdese cuándo a Dimas lo sacaron en hombros de la Cámara. Recuérdese también cómo el partido se come a sus miembros: el pobre Chiri Ravina, José Emilio García Gómez, al propio Miguel Zerolo, al que el Senado acaba de reconocer que puede seguir en el cargo, tras su condena por el Supremo, y su partido no lo ha apoyado de una forma rotunda. Coalición Canaria es un dragón de siete cabezas.

Ahora, tras el lance electoral del día 12, habrá represalias; claro que las habrá. Compadezco a los perdedores, que ya se sabe quiénes son. Van a sudar tinta para reivindicarse en su partido.

Veremos lo que ocurre en el Consejo Político Nacional, pero está claro que el partido va a salir tocado de esta pelea, a pocos meses para las elecciones de mayo de 2015, que será la otra madre de todas las batallas.

Estamos ante una crisis en el nacionalismo en unos momentos que podían ser de oro para el nacionalismo canario. Porque tenemos un campo abonado para plantar cara al Gobierno de Madrid y desembarazarnos de las ideas y de las cadenas que atan a una colonia. Y en ese momento preciso es cuando se plantea una guerra interna en CC que no puede ser más inoportuna. A ver si se acaba el día 12.