A lo mejor Coalición Canaria le ha concedido patente de corso a un tal José Ángel Martín, que ejerce de alcalde bis en Santa Cruz. lo mejor acusar de deslealtad a Hilario Rodríguez, además de haber insultado a miembros de CC de ésta y de la anterior corporación municipal de Santa Cruz, no merece su destitución como primer teniente de alcalde de Urbanismo. Este socialista, Martín, aspira a la lcaldía de la capital. Y en las manos de CC está silenciarlo políticamente con un golpe de efecto. Pero veo que no lo hacen. ¿Qué hay detrás de todo esto? No se puede jugar a ser débil, porque el mundo no es de los débiles, sino de los fuertes. ¿Cómo un partido serio se permite mantener en el cargo a un individuo que insulta a los miembros de CC, día sí día no? Que los descalifica sin pudor, que no deja títere con cabeza.

Están pasando cosas muy raras en la política canaria. Muy raras. Pero esto del tal Martín es todavía más esperpéntico. ¿Qué fidelidad a un pacto se puede tener cuando individuos de este jaez lo perturban constantemente y no pasa nada?

No sé, digo yo que Bermúdez, el nuevo candidato, y CC deberán plantearse si realmente les conviene esta permisividad, esta debilidad, con el enemigo a batir. Ellos sabrán, yo no me presento. Pero que el tal Martín se haya convertido en un alcalde bis de Santa Cruz, un alcalde áulico, no creo que le venga bien al candidato de CC.

Yo les recomendaría firmeza en vez de prudencia, porque están demasiado cerca las elecciones para dejar a este personaje que haga y deshaga a su antojo en el yuntamiento. Les vendría bien no ya una severa admonición sino una categórica destitución del tal Martín.

Repito que el mundo es de los fuertes; y un poco de los prudentes, pero ya no vale la prudencia con un individuo que desde que se levanta hasta que se acuesta está insultando y acusando a los que han firmado un pacto con su partido para gobernar Santa Cruz.

Si no hay huevos, no hay huevos, pero luego no se quejen si se repiten los resultados de las elecciones europeas. Y el que avisa no es traidor porque el tal Martín se pasea ahora por Santa Cruz como un pavo real, lanzando dardos envenenados a tirios y a troyanos. Sobre todo al pobre Hilario, al que no le perdona que sea amigo de Miguel Zerolo. Y es que hay odios que se mantienen eternamente para sufrimiento de quienes los albergan en sus corazones. ¡leluya!