M.G.

En 1978, un grupo de profesores de las Islas decidió organizarse para recibir durante el verano una formación que entonces era prácticamente inexistente. Treinta y seis años después, el espíritu que animó aquella iniciativa, y que se materializó en la Escuela de Verano de Canarias, aún se mantiene vivo.

El IES Viera y Clavijo de La Laguna ha acogido esta semana la XXIII edición de la Escuela de Verano, la tercera desde que se recuperó tras una interrupción de 14 años. Ciento sesenta y cinco profesionales de la enseñanza -y también algunos aspirantes a serlo pronto- se reunieron en este centro para compartir las experiencias y buenas prácticas que desarrollan en el aula, adquirir destrezas y conocimientos sobre materias que pueden enriquecer la docencia y también para convivir y profundizar en su concepción de una escuela democrática y en que el profesor actúe como un "constructor de conocimiento".

Las mañanas han estado ocupadas por talleres, en los que los participantes han podido aprender desde danza hasta herramientas para trabajar valores medioambientales, pasando por contenidos como el cómic o el teatro en clase. A continuación han celebrado aulas debate y por la tarde han compartido las experiencias que ponen en práctica a diario en sus centros.

La idea de recuperar la Escuela hace tres años surgió en pleno azote de los recortes en educación y vino acompañada de "un proceso de reflexión", explica Manolo Marrero, uno de los promotores de la iniciativa. "Durante los primeros veinte años fueron escuelas del profesorado, ahora tratamos de implicar en la gestión de las escuelas a los movimientos sociales, asociaciones de padres y alumnos". Se trata de "un nuevo modelo" que se basa en la idea de la educación como "un trabajo en equipo".

La "actitud sociopolítica" es un elemento fundamental de este movimiento. "El trabajo en torno a los derechos humanos debe iluminar toda la enseñanza", advierte Marrero. También es clave el debate sobre "qué tipo de aula queremos y qué papel queremos que desempeñe el profesorado", aunque lo más importante, puntualiza, es el intercambio de buenas prácticas que puedan beneficiar a todos.

En estas tareas se han implicado a fondo este año y volverán a hacerlo, con toda seguridad, el que viene.