Este fin de semana se celebró en Las Palmas el Consejo Político de Coalición Canaria, vamos a decir que el máximo órgano entre congresos y el encargado de aprobar la candidatura de candidaturas, es decir, la de la Presidencia al Gobierno de Canarias.

l Consejo cuenta con unos 94 miembros, pero nunca van todos. A pesar de la trascendencia de la reunión del otro día no acudieron ni Fernando Clavijo ni Antonio Castro. Lo presidieron Paulino Rivero y José Miguel Barragán, que son el presidente y el secretario general nacional de Coalición Canaria.

l Consejo aprobó el calendario electoral: proclamación de candidaturas, el día 5 de septiembre; elección del candidato, el 12 de septiembre; y la Conferencia Política para aportar ideología al proyecto, el 27 del mismo mes.

También se aprobó abstenerse ante la ley de abdicación del rey y la proclamación de Felipe VI, lo que le habrá supuesto un tremendo disgusto a Ana Oramas, que es de derechas y monárquica y bastante menos nacionalista que el menos nacionalista de los miembros de su partido, aunque opte -según indicios- a la Presidencia.

Ya se abstuvo, sin permiso de su partido, en el asunto del referéndum catalán, en vez de votarlo a favor, como hubiera sido lo lógico. Y esta vez se le dio una orden concreta: usted se abstiene en lo de la renuncia real y en la proclamación del vástago como nuevo monarca. Qué disgusto no se habrá llevado esta muchacha.

l Consejo Político sirvió también un poco para calibrar las fuerzas de los candidatos. Para constatar que Bañolas no manda en Gran Canaria. Y para uno preguntarse por qué Fernando Clavijo no acudió al Consejo, cuando probablemente será uno de los protagonistas de esta historia. n CC pasan cosas raras: los que más trabajan para conseguir algo no acuden al centro de poder. ¿Timidez, estrategia, ganas de no enfrentarse, despistar? No sé, cabe todo.

Por lo demás, una reunión hasta cordial, que tiene algunas claves que ya iremos desgranando en sucesivos artículos, no sea que ustedes se empachen si se lo contamos todos a la vez.

Las espadas están en alto, nadie cede, pero todavía no hay candidatos ni proclamados, ni ganadores. Habrá que esperar, queda julio y agosto por medio y en dos meses pueden pasar muchas cosas. Dos meses, en estas cosas, parecen una eternidad. Dos meses, no, tres, porque todavía estamos a principios de junio.

Así que seguiremos contando algunas claves de esta revolución nacionalista soterrada, que se organiza cuando lo tienen sus dirigentes a huevos: porque las manifestaciones del petróleo han sido todo un plebiscito para los nacionalistas. ¿Lo estropearán con sus guerras internas? ¡Quién sabe!