La Semana Santa termina con una especie de tregua del nada que decir. Es ahora cuando empieza la movida; la primera, aburridísima, la de las elecciones europeas. Como los partidos no se muevan y hagan promoción de sus programas y algo de publicidad no irá a votar ni el Potito. Así que los animo a que se mojen.

a segunda, las elecciones municipales de mayo de 2015. Hay gente con mucho temblor. Gente que sabe que no va a ser nominada y que se agarra a un clavo ardiendo, a ver si suena la flauta. Será difícil premiar a los que no han hecho nada para que los premien. Ellos mismos se van a desenmascarar pronto, no hace falta dar nombres. De todos los partidos, no estoy pensando en nadie concreto, aunque tenga unos cuantos nombres que me dan vuelta en la sesera.

a tercera, las legislativas de noviembre de 2015. Es pronto. El PP tiene candidato, el PSOE no, porque no creo que Rubalcaba llegue allí. Si llega es que realmente los socialistas no tienen a nadie. Porque ver otra vez la guedeja de Rubalcaba haciendo promoción de lo suyo me parece un disparate. Rubalcaba es una antigualla, que está mejor en la intriga que en lo amable de una campaña electoral, en la que la gente ya lo rechazó una vez: Rajoy le ganó por goleada. Y este pueblo tiene calados a los socialistas. O se renuevan, o mueren.

En Canarias, la gran asignatura pendiente es el paro. Con paro no hay alegría. Con paro no existe el optimismo. Y esto es un círculo vicioso. El paro arrastra con la voluntad del pueblo. Si la gente no ve que el paro se corrige, difícilmente acudirá a las urnas. Porque seguirán sin creer en los políticos.

Fíjense en las Europeas de mayo: casi nadie irá a votar, porque esas elecciones no interesan. Porque nadie ha hecho promoción convincente de ellas; son las grandes desconocidas. El pueblo necesita incentivos para ir a votar.

Así que la tregua acaba con la Semana Santa y estas próximas semanas comenzará una inusitada actividad en los partidos, una vez elegidos los cabezas de lista al Parlamento Europeo, que en España se disputan el PP y el PSOE. os partidos pequeños no tienen demasiadas opciones y se quedarán en meros comparsas. Pero en los dos grandes la lucha va a ser reñida.

os socialistas empezaron primero y eligieron primero a su candidata, Elena Valenciano. El PP llegó tarde con su candidato, Arias Cañete, mucho mejor situado que la anterior. Europa no tiene secretos para Cañete que, además, aspira a ser comisario y probablemente lo será.

Pero no crea el PP que, por la cara, la gente lo va a votar. Ni el PSOE tampoco lo crea. Entre otras cosas porque millones de personas en este país no saben ni siquiera que se van a celebrar elecciones europeas. Y porque a millones de personas no les interesan para nada estos comicios. Ya lo verán, porque todo esto se refleja en la impresionante abstención que se va a producir.