Muchos degustarán hoy los huevos de chocolate de Pascua, porque simbolizan la fecundidad, la vida y la renovación. Antaño se recomendaba comer un huevo porque es el despertar a la vida, ya que, según los estudiosos, su cáscara representa la tierra; la membrana, el aire; la clara, el agua, y la yema, el fuego. Antes se regalaban y se comían de verdad pero es a partir del siglo XVIII cuando se empiezan a vaciar y a rellenarlos de chocolate.