El Cabildo de Gran Canaria ha pedido hoy que no se cree "alarmismo extremo" con el vertido de carburante que se produjo ayer en el sur de la isla y que ha obligado a cerrar al baño algunas playas, aunque ha reconocido que este tipo de incidentes también producen un daño.

El presidente de la corporación insular, José Miguel Bravo de Laguna (PP), ha explicado que la institución carece de competencias en este tema, aunque la Consejería de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana han evaluado el percance.

Asimismo, Bravo de Laguna ha especificado que aún se desconoce lo que motivó el derrame y que el biólogo Miguel Ángel Peña ha visitado la zona y ha apuntado que la afección no ha sido alarmante.

Cuestionado por si éste derrame podría condicionar su postura ante las prospecciones petrolíferas que plantea Repsol en aguas próximas a Canarias, el dirigente del PP ha dicho que no, que de ser así también habría que plantearse cerrar el puerto a los barcos.

Bravo de Laguna comparte "la preocupación por los sondeos y los riesgos que existen", pero ha reiterado que le preocupa más el paso por las aguas canarias de grandes petroleros y que se pueda producir un suceso como el del "Prestige" en Galicia, que ocurren más cerca de la costa que unas prospecciones previstas a 50 o 60 kilómetros.

Sobre el vertido del sur de la isla ha defendido que se trata de un accidente, que no ocurre con frecuencia pese a la masiva presencia de barcos en rutas por las islas.

"Este tema no tiene nada que ver con las prospecciones petrolíferas, que se realizarán siguiendo las normativas europeas para que los posibles riesgos se minimicen al máximo", ha subrayado Bravo de Laguna, quien también ha insistido en que Canarias debe ser "compensada" por los riesgos que asume.