La búsqueda de petróleo, principalmente, y gas se ha convertido en un tema recurrente en los últimos tiempos en varios puntos de la geografía española. La polémica generada en torno a los sondeos petrolíferos, en Canarias primero y en Baleares después, ha reabierto el viejo debate sobre la necesidad o no de apostar por energías alternativas. Sobre la conveniencia o no de primar el interés general por encima del de una determinada comunidad autónoma.

Sin perjuicio de lo que pueda pasar en el futuro (no muy lejano) con las prospecciones autorizadas por el Gobierno de España a Repsol en aguas cercanas a Lanzarote y Fuerteventura, cuestión que tendrán que dirimir la Administración central y los tribunales, lo cierto es que Canarias es en estos momentos la única comunidad con mar en la que no se han hecho sondeos exploratorios en busca del conocido como oro negro. Y no será porque en España no se ha intentado.

Desde 1941 hay constancia de sondeos en España. El primero de ellos se realizó en Santander, el conocido como Tudanca, que resultó seco. No obstante, según datos del Ministerio de Industria, desde 1959, año en el que comienza el recuento oficial de prospecciones en este país, y hasta el año 2011, se habían realizado pinchazos en tierra y mar hasta en 689 ocasiones, gran parte de ellos fallidos.

Solo terrestres, y en puntos de casi toda la geografía peninsular, se habían ejecutado un total de 422 sondeos, de los cuales 100 se consideraron como positivos y 88 con indicios. El resto, 234, fueron negativos. En ese tiempo, en el mar se hicieron 267 perforaciones de las que solo 68 se consideraron positivas y 39 con indicios. La mayoría, 140, también resultó negativa.

En la carrera por buscar hidrocarburos, en 52 años se habían perforado en España más de 1,6 millones de metros. El año 1982, con 94.384, tenía hasta hace tres años el récord en un mismo ejercicio. En 2002, 2006 y 2011, en cambio, no se registró actividad.

En este periodo de tiempo, ni siquiera la costa valenciana y las cercanías de Baleares han escapado a la búsqueda de petróleo o derivados. Según detalla el geólogo y geofísico tinerfeño Antonio Afonso en esta zona, en la que tanta oposición han encontrado ahora por parte del PP los permisos que pretende hacer efectivos Capricorn Spain, se han disparado desde mediados de los años sesenta más de 100.000 kilómetros de sísmica y, desde los setenta hasta ahora se han hecho más de 17 sondeos de exploración, casi todos a menos de 200 metros de profundidad de agua, salvo dos al norte de Ibiza, que están a más de 500 metros.

Entre los principales descubrimientos que se han producido desde 1959 destacan, según el propio Afonso, tres que hizo la compañía Shell en Asturias en los años 76 y 82, aunque no resultaron comerciales. O los del campo Gaviota (1983), en Bermeo, donde se halló petróleo y gas, ya agotados. En la actualidad, el campo se utiliza como depósito de gas.

Entre los descubrimientos destacados figuran también los de la costa de Tarragona, que entre los años 86 y 90 llegaron a producir 90.000 barriles al día, casi el 10% de las necesidades de España en esos años. Amposta (Shell), Dorada (Unión Texas) y Tarraco (Shell) fueron algunos de esos descubrimientos. Y a pesar de todo el tiempo transcurrido, todavía sigue produciendo el campo Casablanca.