En el futuro reparto de las ayudas del programa del Régimen Específico de Abastecimiento (REA) -destinado a subvencionar el coste de los alimentos e insumos importados en las Islas- los sectores económicos se muestran tan divididos como el propio Gobierno canario. Importadores e industriales respaldan la postura de Economía y Hacienda y el sector primario, a la Consejería de Agricultura. La decisión, que debió haber salido del encuentro de la Mesa del REA efectuado el martes pasado -en la que todos tienen presencia- y cuyo plazo vence el miércoles de la próxima semana, será más difícil de tomar de lo previsto, pues nadie da su brazo a torcer.

El REA cuenta con 68 millones de euros y el área que dirige Juan Ramón Hernández quiere reorientar 13 millones a favor del campo. Pero el departamento de Javier González Ortiz no lo ve y se opone en aras de lograr un "equilibrio" entre importaciones y sector primario.

El presidente de la Asociación Industrial de Canarias (Asinca), Andrés Calvo, acusa a Hernández de haber sido "incapaz" de manejar los fondos del Posei y recuerda que el consejero prometió hace años recursos adicionales que nunca consiguió para el campo. "Ahora intenta trasladar un problema interno a todos los demás".

Aunque Calvo teme por el futuro de la agroindustria a corto plazo si sale la propuesta de Agricultura, el presidente de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga), Henry Sicilia, cree que la idea de Hernández es la correcta porque las ayudas a industriales e importadores están "sobrevaloradas".

Pero el presidente de la Asociación de Importadores de Canarias (Adican), Pedro Peña, avisa que su gremio "no permitirá" más bajadas de las ayudas al consumo directo, que de un 50% original del REA, ahora solo tiene el 15%.

El eterno choque de las tres partes del REA

El REA abarca a tres actividades: industria, agricultura e importación de alimentos. Los 68 millones de euros con que está dotado se reparten entre todos y la pugna por conseguir más -siempre a costa de los otros dos- es cosa vieja.

En este sentido, Peña recuerda que el REA disponía hasta 2006 de 72 millones de euros, pero ese año se acordó transferir cuatro a favor de las producciones locales.

Ahora, mientras Sicilia ve insuficiente el eventual traspaso de 13 millones más al sector primario -la pretensión de las organizaciones agrícolas y ganaderas era mover 17 millones-, los importadores defienden que ya han "perdido" buena parte de sus recursos siempre a favor del campo.

Si la propuesta de Agricultura sale adelante, los industriales temen por el futuro de los 25.000 puestos de trabajo directos de su área al tiempo que también auguran severas dificultades para la ganadería isleña, pues la crisis de la agroindustria dejaría sin mercado -o con una reducción importante- la carne y leche que ahora procesan.

Como con los importadores, los agricultores creen que las ayudas a los industriales también son excesivas y pedían que se redujeran en ambos casos al importe del transporte, pero al final quedaron al margen del ajuste.

La cesta de la compra

El eventual encarecimiento de la cesta de la compra es uno de los argumentos que con más fuerza esgrimen los importadores a su favor cuando se discute la posibilidad de una rebaja de las ayudas a los alimentos que traen de fuera, un temor compartido por la Consejería de Economía y Hacienda, que quiere evitar ese efecto y que la Consejería de Agricultura parece no darle tanta importancia, en línea con la postura de los agricultores y ganaderos, que creen que se trata de un riesgo sobreestimado.

Pero el presidente regional de Asinca advierte de que el coste definitivo de la comida importada para el consumidor depende, en primer término, del precio que se pague en el mercado. "Hace dos años, las ayudas a leche UHT -leche fresca- bajaron y, pese a ello, hoy Canarias tiene la más barata del Estado", advirtió.

Para Sicilia, el argumento de los importadores "no se sostiene" y está "totalmente desmontado". El presidente de Asaga está convencido de que Economía y Hacienda "lo sabe". "Lo conocen perfectamente porque es una cuenta de párbulos que les hemos explicado perfectamente", insistió. La posible incidencia de la disminución de las ayudas será "mínima", defiende Sicilia. Como ejemplo se refiere a lo que subiría el queso amarilllo. "La incidencia de una rebaja de las ayudas sería de ocho céntimos el kilogramo, que traducido en un bocadillo con dos lonchas rondaría los 0,004 céntimos y eso no es una justificación", remata. "Si estuvieran pendiente de la carestía de la cesta de la compra no habrían subido el IGIC, pero lo hicieron. Los argumentos deben ser sólidos". Los importadores, acusa, "saben que lo que perderán es, en realidad, parte de los beneficios".