La celebración religiosa en el Santuario Insular comenzó a las cinco de la mañana. Para esa hora ya eran muchos los fieles -y no tan fieles- congregados en torno al recinto. Efectivos de Protección Civil se encargaron de la organización de los aparcamientos en el entorno del recinto religioso. Lo que en otro tiempo fueron terrenos de pastoreo, se convirtieron por unas horas en un muy bien organizado aparcamiento.

El vicario general de la diócesis nivariense, Antonio Hernández, concelebró con varios sacerdotes una ceremonia sencilla y directa a la par que llena de emotividad, en cuya homilía contó la historia de la imagen en la isla, el origen del voto, lo que significa para el herreño y su repercusión en la actualidad.

La Piedra del Regidor es el lugar en el que los vecinos y vecinas de Sabinosa se hacen cargo de la venerada imagen, tal y como dice la loa "comienza la bajada". Y la bajada comienza con una pronunciada subida hasta la Cruz del Humilladero, donde se dispone de tiempo para el desayuno. Ya luce el sol y comienza a subir la temperatura.

La siguiente parada será en la primera "Raya" , la raya de Binto. Ahí los cargadores, bailarines y tocadores de Sabinosa ceden, previo acoplamiento de "toques", a los de El Pinar, quienes han llegado hasta aquí portando a hombros la imagen de San Antonio.

Continúa la Bajada hasta la Cruz de los Reyes, emblemático paraje donde todos los pueblos -a excepción de Valverde- rinden homenaje musical y bailable a la venerada imagen de N.ª S.ª de los Reyes; cada núcleo, identificado por una bandera roja y gualda con la leyenda del nombre del pueblo, además de las señas de identidad de sus gorros y algunos accesorios en la indumentaria.

Al final todos los bailarines y tocadores al unísono rinden pleitesía a la Madre Amada con el conocido "Baile de la Virgen". A continuación, llega el tiempo para reponer fuerzas, el tiempo de la comida. Cada familia o grupo de amigos sentados en el suelo en torno al mantel y a las viandas -de ahí el nombre "tendida de manteles"-.

El apartado gastronómico nos lo explica Juan Francisco Cejas Fonte, bailarín de los pueblos del Norte, concretamente de El Mocanal: "Hay quien trae pescado encebollado y papas, carne cabra, carne conejo y otras comidas, pero lo que nunca hay en todos los manteles es vino y quesadillas". Quien también habla de las diferencias que encuentra entre las "bajadas de antes y las de ahora", antes nos reuníamos aquí hasta tres mil persona; veníamos caminando, los niños pequeños al hombro y los ancianos en burro. Comíamos de lo que había, compartíamos todo. Era otro tiempo, era distinto". Francisco Cejas ha participado en 8 o 9 Bajadas: "Tengo que sacar la cuenta". En cualquier caso es uno de los bailarines más veteranos.

Relativamente cerca de la Cruz de los Reyes se encuentra la Raya del Cepón. En esta El Pinar entrega a Frontera. Este pueblo le devolverá a El Pinar y este a Isora, y así hasta llegar, ya de noche, a Valverde.

Así, quien más quien menos, vive la Bajada, la cita que cada cuatro años reúne a los herreños de la diáspora con los que continúan desarrollando sus proyectos de vida en su isla.

Leyendas en torno a esta celebración (el herreño no habla de procesión ni de romería, habla de Bajada) hay algunas; agradecimientos a la venerada imagen, también: se habla de imagen milagrosa.