El pito de Sabinosa rompió de nuevo ayer el silencio de La Dehesa ayer para reclamar la atención y dar comienzo con el cumplimiento de la herencia y promesa realizada en 1741 por los herreños a su Patrona, la Virgen de los Reyes. Fe y cultura se dieron cita en la Bajada de la Virgen de los Reyes desde su santuario hasta Valverde, un camino de 28,3 kilómetros que fue recorrido por miles de personas al son de tambores y chácaras que marcaban el ritmo de los bailes que homenajearon a la Patrona en su travesía. El Hierro vive una fiesta -calurosa, con hasta 35 grados- con más de 30.000 personas, que, para los 8.000 habitantes que tiene normalmente la isla es un "mogollón" de gente.

Con el calor ya presente, la enorme comitiva descendió por la ladera hasta llegar a la Cruz de los Reyes para vivir uno de los momentos más esperados: la Venia general, un homenaje de todos los pueblos de la Isla representados con sus distintos grupos de bailarines, pastores y sus respectivos santos patronos. Color, música y emotivas loas despertaron las emociones de los herreños, muchos de los cuales cumplieron ayer con promesas hechas a la Patrona.

A continuación se produjo la tradicional tendida de manteles, un momento de unión y reencuentro para los herreños, donde habitantes y visitantes compartieron alimentos típicos de la Isla.

Tras reponer fuerzas los devotos continuaron su camino para dar paso a las tradicionales rayas y los piques de los municipios.

No fue hasta la noche -como muestra la imagen- cuando la emoción inundó la Isla: "La madre ya está en Valverde". Sin un centímetro vacío tanto dentro como fuera de la iglesia de la Concepción, la Virgen de los Reyes fue colocada ante el Altar Mayor, donde permanecerá hasta el 3 de agosto.