Nos favorecen casi siempre las desgracias ajenas. Los sucesos de Estambul y Ankara desvían turistas hacia Canarias. El turismo hacia Turquía, que estaba en alza, se ha visto afectado por los disturbios. Apunto que en Estambul se pueden adquirir las mejores falsificaciones del mundo de las mejores marcas del mundo.

Un día tendremos que conquistar el turismo turco, que ha empezado a salir con fuerza. Este país tiene muchísimas posibilidades, y uno de los objetivos de Turismo de Tenerife es promocionar la isla en aquel territorio, que comienza a tener un alto poder adquisitivo. Y que podría entrar, más pronto que tarde, en la Unión. Entonces se acabará el paraíso de las falsificaciones, al tener Turquía que adoptar la legislación comunitaria.

Turquía vive su primavera, como la vivió Egipto, que aún arrastra sus secuelas. La primavera árabe, en general, fue un fracaso. Túnez no remonta, Libia está caída, en Irak siguen las matanzas terribles. Pasar de la dictadura a una tibia democracia no es fácil. o todo el mundo lo consigue como lo consiguió España con la Transición modélica.

Los indignados se enfrentan en Turquía a un Erdogan que lleva demasiado tiempo en el poder y que se ha dormido en él. Pero esos conflictos en la frontera con Asia -ya saben: Asia, a un lado; al otro, Europa; y allá en su frente, Estambul- ponen a Canarias en casa. os hace falta repuntar el leve descenso que hemos tenido de visitantes, vista la crisis del turismo nacional, tan afectado por la situación espantosa que vivimos desde hace cinco años.

Hemos dicho en repetidas ocasiones que el sector servicios no tira de la depauperada economía canaria, a pesar de que lo intenta. El comercio ha caído. Y el turismo sigue con fuerza pero no puede con todo. o pierde empleo, esto es verdad, pero tampoco lo recupera. Además, el sector prefiere el trabajador extranjero al canario, mejor preparado aquél y con mayor capacidad de sacrificio en el momento de echarle horas a la actividad.

La pasión turca nos puede echar una manita en los próximos meses. o deseamos el mal ajeno, pero también hay un conocido refrán castellano que dice: "o hay mal que por bien no venga". De momento, nuestras islas se benefician de aquellas revueltas.