La venta en malos términos es la última opción para un propietario, por muy desesperado que esté. Antes, intenta el alquiler de la vivienda, aunque sea a través de mecanismos que bordean -o llega a traspasar- la legalidad. Y es lo que está sucediendo en la actualidad en el Archipiélago.

Así lo denuncia, con tristeza, el vicepresidente del colegio Oficial de Agentes de la Propiedad de Tenerife, Manuel Morales, que lamenta la situación a la que llegan muchos canarios que poseen apartamentos turísticos -los sometidos a un régimen de explotación especial que requiere su cesión a una empresa para darlos en alquiler-.

Antes de la crisis, explica, la gran mayoría de los propietarios cumplían la ley y cedía su explotación a los complejos turísticos en los que están integrados, "pero obtenían precios bastantes bajos".

Ahora, con la crisis, "se lo piensan antes de cederlo a empresas de explotación" y muchos terminan por darlos en alquiler de forma directa al turista, con lo que consiguen una rentabilidad "bastante superior" a la que le ofrece el propio complejo.

"Esto no es legal", remarca Morales, "pero es una forma a la que recurren cada vez más canarios para mejorar el rendimiento por una vivienda que tienen en el sur y es el paso previo a vender a pérdida".

Morales alerta de que las autoridades vigilan esa práctica, que "perjudica mucho al turismo".