Hay gente hasta las narices de las cabras que se meten en los barrancos de los pueblos del norte. Y, no contentos, los cabreros, invaden jardines y urbanizaciones, dejando tras de sí un resto abominable: las cabras se comen las plantas y lo cagan todo. ombre, este asunto clama al cielo y ya es hora de que se regule su zona de pastos y los senderos y caminos que deben recorrer. Porque meterse en la propiedad privada me parece que no. Que no hay derecho.

Vamos de ceses. Fernando Clavijo, dirigente lagunero, con muy buen criterio, cesó a su concejal de Deportes por firmar un contrato sin su autorización, posiblemente para hacer algún favor a un amiguete. El alcalde se enteró de la cosa por casualidad y decretó el cese inmediato del edil. Oiga, que el Ayuntamiento no es una broma. Menos mal que, esta vez, a las arcas públicas no les costó un duro la cosa: nunca se pagó un euro de alquiler.

Si usted tiene una casa cerca de donde pasa el tranvía dese por jodido. Como tenga que arreglar una cocina deberá pedir permiso también al Metropolitano. Con lo que su obra se eternizará. Aquí, en este jodido país, cada vez se ponen más pegas al ciudadano.

ace poco me contaban una cosa terrible. Un señor solicita autorización a un ayuntamiento del norte para pintar su casa. Pasan seis meses y el ayuntamiento y el Cabildo Insular no se pronuncian. El ciudadano tira por la calle de en medio, monta los andamios y procede a pintarla. Pero cuando estaba en el asunto viene un guardia y le mete una multa por colocar el andamio sin permiso. Les digo a ustedes que lo mejor es mandarse a mudar. Entre Adán Martín y Manuel ermoso nos llenaron de normas contradictorias, normas alocadas que, con la excusa de proteger el territorio, desprotegieron al ciudadano. Aquí no vienen inversores extranjeros, no por la crisis, ni por otra cosa que no sean las trabas burocráticas terribles que tienen que superar. asta que no se solucione este asunto, Canarias será pobre.

Como decía aquel lector de este periódico, la única ley que hay que promulgar es una que anule todas las demás. Esto se hace absolutamente imprescindible. Las trabas burocráticas son terribles. ¿Por qué no sale adelante el Plan General de Santa Cruz? Pues porque además de los puntos que la Cotmac hizo que se corrigieran, alguien coló de rondón otros tantos que no habían sido estudiados por los técnicos. ¿Y a quién se debe el desmán, al concejal del asunto, al abogado de negro? Ah, no sé; un poco de todo. Pero Santa Cruz sigue sin plan y no se mueve ni una sola piedra. Desidia, Bermúdez, desidia.