El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, ha afirmado hoy que su Ejecutivo trabaja para conseguir el apoyo y la mayoría social en defensa, entre otros aspectos, de más autonomía y menos centralismo y de la actualización de los acuerdos con el Estado.

Rivero, en una rueda de prensa para hacer balance del primer año de gobierno, ha señalado que la "terrible" crisis económica está dejando patente que los problemas de Canarias se incrementan y ha afirmado que tanto en épocas de crecimiento económico como de crisis, Canarias evidencia sus diferencias con respecto al resto del Estado.

Por ello reclamó el apoyo para la consecución de una mayoría social que reclame los intereses generales del Archipiélago y consideró que mientras que en Canarias no es normal que se alcance, en otras partes del Estado, como Cataluña es común que se haga un frente común para la defensa de "asuntos estratégicos".

En concreto, el presidente canario pidió el apoyo social para la defensa de más autonomía, del acervo político administrativo de Canarias y de la exigencia al Estado de una revisión de los acuerdos.

Respecto a la defensa del acervo político administrativo, Rivero ha señalado que tras las medidas de ajuste anunciadas ayer por el presidente Mariano Rajoy sobre la administración local, el Gobierno canario defiende a sus cabildos y ayuntamientos y a un sistema de autonomía plena reforzada en defensa de los intereses de los canarios.

Sobre la revisión de los acuerdos estatales, el jefe del Ejecutivo canario indicó que exigirá una revisión del sistema de financiación y afirmó que si hay menos recursos "los hay para todos" por lo que reclamó una reparto justo y equilibrado.

Rivero cifró en más de 800 millones de euros la diferencia de la financiación de Canarias respecto a la media estatal y reiteró que pedirá que se cumpla lo que establece el Régimen Económico y Fiscal para aquellos aspectos que tienen que ver con la inversión media y con las medidas para compensar la lejanía y la fragmentación del territorio canario.

El nuevo REF, que entrará en vigor en 2014, se debe adaptar a las exigencias de los nuevos tiempos, dijo Rivero, quién consideró muy importante el apoyo del Gobierno central en las negociaciones sobre las perspectivas financieras de las regiones ultraperiféricas en la UE para el periodo 2014-2020.

Asimismo el presidente canario pidió el apoyo social para pedir las competencias que, a su juicio, permitirá incentivar la economía y crear empleo y citó la gestión de puertos y aeropuertos, el comercio exterior y la política de costas.

El presidente canario también pidió la mayoría social para exigir al Estado que cuente con la opinión de Canarias en cualquier decisión que puede hipotecar el futuro del Archipiélago.

Rivero defendió el trabajo realizado por su Ejecutivo a corto plazo para paliar la actual situación y a su juicio el balance ha sido positivo porque, afirmó, Canarias es la comunidad autónoma que más se ha acercado al objetivo del déficit, menos se ha endeudado y más crecido.

Agregó que las islas han ido por delante en la toma de decisiones que después ha adoptado el Gobierno central y citó entre ellas el trabajo del grupo de expertos para la racionalización del conjunto de la administración.

Además consideró que el Gobierno canario, a pesar del déficit de financiación, ha conseguido mantener los servicios públicos sin tener que acudir a las privatizaciones en el caso de sanidad ni a la reducción del profesorado en el caso de educación.

El presidente canario destacó también que la modernización del sector turístico es una realidad y defendió la rehabilitación como generadora empleo para sectores como la construcción sin tener que consumir más suelo.

Como objetivos a largo plazo, Rivero citó la transformación del modelo económico de Canarias hacia uno más sostenible, con un modelo turístico más competitivo, con una apuesta por la innovación y las nuevas tecnologías y por la internacionalización de la economía canaria.

El presidente canario consideró que Canarias no puede repetir más un modelo de desarrollo basado en la coyuntura, que tiene un principio y un final, sino por un modelo sostenido en el tiempo.