Asegurar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual tuteladas es la misión del Patronato, equipo de profesionales y cerca de 25 voluntarios que una vez a la semana, o cada quince días, se convierten en "padrinos" de los tutelados de la Fundación Sonsoles Soriano, galardonada con uno de los premios al Valor Social de Cepsa.

La entidad, que lleva el nombre de la hija de sus fundadores y en la actualidad atiende a 35 personas, tiene como fin tutelar a personas con discapacidad intelectual y en situación de desamparo, mejorando su calidad de vida.

La tutela se la otorga a la Fundación la autoridad judicial.

Cabe señalar que la Fundación, una vez recibe la tutela de una persona, debe procurarle alimentos y cubrir sus necesidades básicas, así como promover la adquisición o recuperación de la capacidad del tutelado y su mejor inclusión social.

En este sentido, destaca que la Fundación debe rendir cuentas de forma anual de todo lo relacionado con la persona tutelada, desde sus gastos y bienes hasta sus condiciones de vida.

El seguimiento de la tutela lo realiza el equipo de la Fundación. Además, para cada tutelado aspira a contar con una persona que, de manera voluntaria, se compromete a velar por su bienestar afectivo, aportando así calor a su vida. Estas personas son nuestros voluntarios tutelares ("padrinos").

Se trata de personas que una vez a la semana o cada quince días realizan actividades de ocio con los tutelados, pero de forma individual, como si de un amigo, hermano mayor o padrino se tratara.

Los voluntarios tutelares dan su apoyo para que las personas con discapacidad compartan y vivan experiencias con el voluntariado que mejoren su calidad de vida.

En concreto, esta "relación tú a tú" consigue fomentar la autonomía e independencia del tutelado, favorece el desarrollo de sus relaciones sociales y su inclusión social y evita las situaciones de aislamiento social a las que se puedan enfrentar.

La importancia del proyecto de voluntariado también reside en que mejora la red de apoyo natural en un sentido personal y afectivo de la persona con discapacidad.

Dada la relación personal que el voluntario ha de mantener con la persona tutelada, la fundación los forma previamente y de manera continuada para que el voluntario adquiera las habilidades y capacidades necesarias para su labor en la entidad.

Una vez formado, se dirige hacia una persona con la que tenga intereses comunes, para el buen desarrollo de la relación de amistad, y se realizan unos primeros encuentros siempre en compañía de algún profesional de la Fundación Sonsoles Soriano.

Posteriormente, la "nueva" pareja de amigos ya programa las actividades que desee, siempre informando a la Fundación, responsable legal de los tutelados.

Así, voluntario y tutelado realizan las actividades de ocio que han acordado y programado como si de dos amigos se tratara, una situación que acaba produciéndose en muchos casos, destacó la directora de la Fundación, Tania Paredes. Estas actividades no suponen ningún coste para el voluntario, pues del mismo se hace cargo la asociación.

Dada la relación que se intenta fomentar entre el voluntario y el tutelado, la Fundación pide estabilidad, de al menos un año, al voluntariado, pues si abandona el proyecto la persona con discapacidad intelectual se siente "como si perdiese a un amigo".

En la actualidad, la Fundación Tutelar Sonsoles Soriano tiene cerca de 25 voluntarios para los casi cuarenta tutelados que están a su cargo. Por ello, los interesados en participar en el programa de voluntariado pueden acudir a la sede de la entidad, ubicada la capitalina calle Buenaventura Bonnet, 17, trasera edificio EGA, bajo; llamar a los teléfonos 922209690/ 629684046/ 646819838 o ponerse en contacto a través de la red social facebook buscando a la Fundación Tutelar Sonsoles Soriano. Próximamente la Fundación tendrá activa su nueva página web (www.fundacionsonsoles.org).

Las personas o empresas que estén interesadas en hacer donaciones económicas también podrán contactar con la Fundación a través de los medios citados con anterioridad, pues sus fuentes de ingresos se han visto reducidas por la crisis y necesitan apoyos económicos para seguir desarrollando su misión.

El reto de la Fundación Tutelar Sonsoles Soriano para el futuro es ser reconocida por las familias con hijos con discapacidad como una organización que las apoya permanentemente y les ofrece una garantía de futuro. Así, aspira a convertirse en un referente clave en el ejercicio integral de la tutela.